
«Pasar a Rumanía da un placer que te cagas». La frase que se marcó en el post partido ante los Robles (21-18) sintetiza el momento que vive Santiago Santos. Acostumbrados a que el jefe del XV del León firme un discurso más comedido, aunque no carente de ambición, la muestra palpable de su euforia revela que España está en el camino. O al menos lo parece. «Cuando de verdad tendremos que estar a tope será en 2021, cuando empiece la fase de clasificación para el Mundial de 2023», advierte Santos.
Para entonces, en sus planes, España estará apuntando al 15º puesto del ranking de World Rugby. Si tenemos en cuenta que España acaba de colocarse 19º tras batir a Rumanía y Rusia y que su techo queda sólo un peldaño más arriba, la ambición de dar ese salto en la clasificación mundial revela hasta qué punto el seleccionador de los Leones va a por todas. «Tenemos potencial y una dinámica de crecimiento para ser en cinco años lo que Georgia es ahora (los Lelos ocupan el 12º puesto). Porque España, con un PIB que roza el décimo más alto del planeta y siendo élite en casi todos los deportes, no puede tener en el rugby una excepción. Tenemos conocimiento y calidad, nos falta encontrar los recursos».
Marea pensar que los Leones puedan estar entre los doce mejores equipos del mundo, o incluso entre los 15, cuando ni siquiera irán a Japón 2019. Y todo por aquel partido en Bruselas y el rosario de denuncias que generó el escándalo, que acabó dejando al conjunto español incluso fuera de la disputa de la repesca. «Aquello fue muy traumático, una injusticia enorme, pero debemos superarlo y pasar página», dice con rotundidad Santi Santos.
«Con el PIB que tiene España y siendo élite en todos los deportes, no puede ser que el rugby sea la excepción: tenemos conocimiento y calidad, nos falta encontrar los recursos»
Una frase hecha, esa de dejar atrás lo sucedido. Pero para la salud competitiva del equipo es vital. Y Santos mantiene que, ahora sí, por fin los Leones han dejado atrás aquel episodio: «No sabría decirte cuándo pude sentirlo, porque es algo paulatino. En septiembre seguía siendo negativo, pero la llegada de nuevos jugadores te ayuda a la nueva dinámica». Un nuevo grupo, con muchas caras nuevas. «Al vestuario entró aire fresco. Muchos veteranos optaron por tomarse una pausa tras lo de Bélgica y eso fue lo mejor para ellos, y para la propia Selección».
En estos últimos meses, España ha vuelto a ganar a Rusia y Rumanía, y también compitió en el partido en Georgia. «Ha sido así durante dos años consecutivos. Se nota nuestra evolución positiva gracias al trabajo de los clubes, desde niños, y a que ha subido el nivel de la Liga Heineken», analiza el seleccionador. Ahora los Leones tienen más fondo de armario y Santos lo nota a la hora de construir su equipo: «Busco 3-4 jugadores de nivel por puesto (antes eran 2-3) y estamos aprovechando el talento de los jóvenes sin cerrar la puerta a otros extranjeros veteranos». De Marco es el mejor ejemplo… o también el posible debutante David Melé.
El truco está en haber convertido al XV del León en un destino atractivo para los seleccionables: «Hace cinco años no nos veían con aspiraciones de ir a un Mundial… Ahora cada vez nos llaman más jugadores para pedirnos jugar con España», alardea, y con razón, un Santi Santos que no distingue por edad (acaba de debutar Kerman Aurrekoetxea) ni por país de nacimiento (el propio De Marco o el esperado Melé). Y mientras, el seleccionador sigue con sus pruebas en puestos «clave» como el medio melé, el apertura, el zaguero o el número 8: «Quiero tener muchas rotaciones y que los jugadores demuestren su valía».Santi Santos acaba de rebasar el medio centenar de partidos como técnico del equipo nacional (contra Rumanía dirigió el número 51), del que también fue talonador de éxito dos décadas atrás. Y claro, la sonrisa le llega de lado a lado del Central, donde tan cómodo se siente. Un escenario que sigue considerando ideal, aunque siempre con los matices y el reconocimiento debido a otros campos que han acogido al equipo: «Ojo, que yo no me opongo a que salgamos a jugar fuera. Lo hemos pasado bien y nos han recibido de maravilla en Málaga o Medina del Campo, pero estamos muy a gusto en Madrid y las comunicaciones para los jugadores de fuera ayudan mucho», argumenta.
«Al vestuario entró aire fresco y muchos veteranos decidieron tomarse una pausa tras lo de Bélgica: eso les ha ayudado a ellos y a la Selección… ahora sí que hemos dejado atrás el trauma»
Santos, que suplió a Brice Bevin tras una época complicada, debutó al frente de la selección en noviembre de 2013. «Lo recuerdo perfectamente, fue en Chile. Han pasado cinco años: me preguntas en qué he cambiado y puedo decir que soy mucho mejor entrenador. La experiencia, los partidos internacionales, poder ver a tantos rivales de alto nivel te sirve mucho».
A Santos los resultados le preocupan, «porque son los que mandan», pero recuerda que «importan cuando llega el momento de tenerlos. Para meternos en el Mundial debíamos ganar 8 partidos y sólo se nos escaparon dos, el de Rumanía allí y lo que pasó en Bruselas… Estoy muy satisfecho de cómo lo hicimos y, dentro de lo malo que fue lo de Bruselas, de mis 51 partidos hasta ahora me quedaría con lo que logramos el año pasado. Ganar a Rusia en su campo, el partidazo ante Rumanía, la gran fiesta ante Alemania con el campo lleno y el Rey Felipe VI viniendo a vernos… Nos quitaron el Mundial, pero todo eso que vivimos en el Central ya no nos lo podrán arrebatar».
Santi sigue adelante y llegar a los 100 partidos dependerá «de que los éxitos continúen y la Federación siga contando conmigo». Otra cosa es que el seleccionador se cansara o viniese algún club a ficharle. «Ilusión, ganas y energía para estar aquí no me faltan y eso es fundamental. Insisto en que podemos estar en los puestos 12ºo 13º del mundo… incluso cerca del décimo si hacemos las cosas bien. Pero pensemos que España llegó a estar en la tercera categoría, o en la actual peleando por no bajar y ocupando puestos por debajo del 25º mundial».

Santos ha cumplido cinco años y 51 partidos al frente del XV del León [Foto: Jean François Sánchez].
«Han pasado cinco años desde que llegué a la Selección: ¿En qué he cambiado? Creo que soy mucho mejor entrenador ahora: la experiencia, los partidos y los rivales de alto nivel te ayudan a crecer»
Son buenos tiempos para Santi y sus Leones. Un equipo que quiere seguir creciendo y renovando la piel, a falta de que algunos veteranos vuelvan poco a poco y se reintegren al grupo. Nuevos tiempos en medio de un rugby que vive días convulsos a nivel global. La última polémica, la del proyecto de Liga Mundial, tampoco gusta a Santos: «No me sorprende nada lo que está pasando. Es una filosofía cerrada, nuestras chicas lo sufren con el 6 Naciones B; y Georgia, para colarse por ejemplo en el lugar de Italia. Los países del Tier 2 debemos alinearnos para romper el status quo y que haya más oportunidades. De momento es una mentalidad estancada».
En medio del ruido, Santi tiene un plan para elevar el techo del rugby español. Mientras, aguarda el partido contra Bélgica en el Central, con todas las resonancias de lo sucedido hace ahora casi un año en el Pequeño Heysel: «Después de lo de Bruselas, incluso llegué a pensar en arrojar la toalla y dimitir. Por suerte, aquello acabó pronto». Así es Santi Santos, un tipo sincero y sencillo. Un ser impredecible, que lo da todo por España y que ahora, después de tantas decepciones, está de enhorabuena.
[Foto superior: José Martín].