Un solo billete por categoría y el mismo resultado: Gran Bretaña estará en los Juegos Olímpicos por segunda vez gracias a la exhibición de Inglaterra en la fase final de los torneos preolímpicos europeos. El torneo supone el final del sueño olímpico para Leones y Leonas, que tendrán que reponerse y comenzar a pensar, desde la temporada que viene, en París 2024.

Los torneos preolímpicos suelen dejar un primer día de competición trivial en el que los buenos ganan muy cómodamente sus dos primeros partidos, ante selecciones menores, y se la juegan en el último encuentro del día para ver si pasan como primeros o segundos a cuartos de final. Los torneos de Kazan y Colomiers, en este sentido, no defraudaron y cumplieron con el guion pactado.

Georgia y Portugal, en el masculino, y Rumanía y Polonia, en el femenino, se colaban en la fiesta olímpica de las potencias del Seven y las dos revelaciones, Os Lobos y la selección polaca,  jugarían en cuartos de final contra España.

Los Leones, después de quedar primeros en la fase de grupos, se perdían en la telaraña defensiva propuesta por Portugal que supo sacar del partido al ataque de España durante los 14 minutos y se bastaba de dos buenas acciones en lo ofensivo para dejar a los españoles fuera del sueño olímpico a las primeras de cambio.

Los ingleses, ganadores del Preolímpico masculino en Colomiers (Foto: Rugby Europe)

Os Lobos, que también fueron los verdugos en el camino al Mundial de Seven de los pupilos de Pablo Feijoo, se desinflaron en semis ante la potencia de Inglaterra; y en el otro lado del cuadro, Francia ganaba por la mínima a una gran Irlanda, que mereció más pero que infravaloró el empuje del público galo.

En la lucha por el tercer puesto, Irlanda impuso su mejor condición física y gracias a ello acompañará en el repechage a Francia que, con público o sin él, nada pudo hacer ante una imperial Inglaterra que, Dan Norton mediante, dominó todas las facetas de la final.

Más largo y más sufrido fue el camino de las Leonas en Kazan. Después de brillar en la fase de grupos y ganar sobre la bocina a la revelación, Polonia, se plantaban en las semifinales con varias jugadoras tocadas y sin Patricia García, sancionada por un placaje alto en el partido anterior.

Amaia Erbina, en un partido de las Leonas en Kazan (Foto: Anastasia Osipova/FER)

La épica y la buena defensa no fueron suficientes para vencer a la anfitriona Rusia, que llegaba fresca tras ganar cómodamente a Italia, que no logró imponer su verticalidad ante España pero sí pudo hacer valer su juego en el suelo para dejar en nada al ataque español. La otra semifinal cayó del lado británico, gracias a una última defensa excelsa de las Red Roses que, prácticamente con el tiempo cumplido, arrebataban el balón a Francia y se citaban con las locales en la final.

Curiosamente el último partido del primer día en Kazan, donde decíamos que las aspirantes se jugaban ser primeras o segundas, había enfrentado a estas mismas dos selecciones. Rusia imponía su juego e Inglaterra tomaba nota y se guardaba sus cartas.

El último partido del segundo día, la final que daba acceso a los Juegos Olímpicos de Tokio 2020, poco o nada tuvo que ver con ese choque preliminar. Inglaterra desactivaba por completo a Rusia y las locales se conformaban con jugar junto con Francia el torneo de repesca mundial.