Lola y Felipe corretean por el Beti Alai. Eliana, su mamá, sonríe. Acaba de llegar a la fiesta de la cerveza sin ser consciente aún de que acabará envejeciendo en Ordizia junto al último fichaje del equipo. Un pilar izquierdo argentino, nieto de orensanos, dispuesto a encontrar en el corazón del Goierri «un lugar lindo, sin las prisas de París o Buenos Aires, y en el que disfrutar de mi deporte».

Fernando López, actual capitán de los Leones, aterrizó en Ordizia en el verano de 2016 buscando reencontrarse «con la cultura, la gastronomía y los paisajes del País Vasco». Una década antes había jugado en Bera Bera, a escasos kilómetros. Tras aquella temporada (2007-08) regresaría a San Marcos, en su país natal, para firmar después por Pucará y de ahí dar el salto al Massy francés de ProD2. Jean Michel Aguirre, el hombre fuerte de la FER en el Hexágono, se encontró una sorpresa cuando llamó al flanker Antoine Gómez. «Acaba de llegar al equipo un chico argentino que puede venir bien para jugar con España…».

Recomendado por su compañero de equipo, Fernando debutaría en el 6 Naciones B de 2015 contra Rusia sin saber que, cinco años después, sería el referente del vestuario de los Leones. «Me ha venido bien que Jaime (Nava) hiciera de capitán en los programas de radio, se le da muy bien. Eso me permitía seguir centrado en trabajar con los chicos. Ha promocionado mucho el rugby y nos llevamos genial. Somos muy distintos».

«Después de lo de Bélgica me planteé dejar la Selección y que los jóvenes tomaran el relevo, pero lo pensé y me marqué como reto llegar al próximo Mundial: los que sobrevivimos a aquel partido decidimos ayudar a fortalecer a esta Selección»

El estandarte, ya retirado, seguía siendo exprimido por la FER, centrando los focos, mientras que el nuevo y auténtico capitán reconstruía un grupo roto tras la debacle del pequeño Heysel en la derrota ante Bélgica y el odiado Iordachescu. «Aquello fue como sobrevivir a un terremoto. Me planteé dejar la selección y que los chicos más jóvenes tomaran el relevo. Pero lo pensé y me marqué como reto llegar al Mundial de Francia 2023 (tendrá entonces 37 años). Hablé con especialistas y me dijeron que en mi puesto, con mi físico, buenas dietas y sin lesiones graves previas podía intentarlo».

Fernando no está solo, pero es el líder de la vieja guardia superviviente: «Ahora soy de los más viejos. Los que sobrevivimos a aquel partido decidimos ayudar a fortalecer esta Selección. Sufrimos en los partidos, pero el compañerismo de estos chicos jóvenes ayuda a que nos levantemos más allá del minuto 70. No seremos de roca como los samoanos, pero tenemos el corazón más grande y eso nos hace ganar muchos partidos».

[Foto: José Martín / FER].

España sueña con ir al Mundial, consciente de que el lastre de aquella plomiza mañana del 18 de marzo de 2018 no se olvidará nunca: «Página se pasó, pero nunca lo olvidaré. Me arrebataron una Copa del Mundo, es el sueño de cualquier deportista. A mí me hizo más fuerte tener que superarlo y entender que habría otra oportunidad. Me dará lástima que si voy al Mundial no sea con los compañeros que nos partimos la cara aquellos cuatro años. Ante palos tan duros, si sobrevives a ellos, eres más fuerte».

Para llegar a Francia habrá que dejar en el camino a Georgia, el coloso del 6 Naciones B, «contra el que últimamente siempre estamos ahí. Me motiva especialmente luchar contra una potencia mundial en melé»; y a Rusia y Rumanía, recuerda, «venimos ganándoles. Tenemos equipo y nivel para batirles de nuevo en la clasificación». Y ahí es donde resalta el papel de los jóvenes Leones, de los que Fernando destaca que «en inferiores les vienen metiendo 50 puntos. Pero claro, luego hay que dar el salto a los mayores y madurar… Pero les advierto, los chicos tienen nivel y después de cada sesión se quedan mejorando las skills. España tiene todo para ser una potencia en cuestión de años».

Las cuentas pasarán por que World Rugby dé una plaza o dos al Europe Championship (6 Naciones B) como ocurría antaño. «Es un reto increíble, como el sueño que nos espera. Todos quieren que vayamos al Mundial. En Uruguay demostramos que el nivel y la mentalidad están. Pero hay que ganar partidos».

«Ir al Mundial es un desafío increíble, como el sueño que nos espera: en Uruguay demostramos que el nivel y la mentalidad están, pero hay que ganar partidos»

Evolución. Como la que vive, en palabras del capitán del seleccionado, la División de Honor. Ordizia es un ejemplo. «Cuando llegué en 2016 el equipo estaba mal. En la primera reunión me hablaron de permanencia. No hicimos playoff, pero quedamos a punto. Hemos ido subiendo escalones y, si el año pasado queríamos jugar la semifinal, ahora vamos a disputar la final de Liga». La victoria de este pasado fin de semana ante Lexus Alcobendas, al que apearon del liderato, mantiene a Ordizia cuarto clasificado y reafirma sus aspiraciones en la División de Honor.

Para Fernando, la FER podría aplicar una serie de medidas como «sumar a la Liga un torneo por territorios, como la antigua Superibérica. Cada vez hay más fichas y con más desafíos y competiciones se elevaría el nivel». El otro foco, para Fernando, pasa por la Challenge Cup. «A ver, un club español quizá no podría sostener los gastos, pero si se apuesta por una franquicia nacional, como el Olympus en su momento, respaldada por la FER, nos vendría bien para rodar a la selección y podríamos hasta ganar algún partido. Los rusos ya hacen algo así y mirad qué pasó con Argentina. Empezaron en la liga sudafricana y ahora tienen una franquicia que es subcampeona del Super Rugby».

[Foto: Walter de Girolmo / FER].

Una competición, la del Hemisferio Sur, que bien conocen los Classic All Blacks, con los que se medirá España en el Wanda Metropolitano el 29 de mayo. «Rokocoko bajó conmigo en coche desde Bayona a Madrid y me dejó claro que no les gusta perder ni en partidos de exhibición. En la cena con los entrenadores intenté meter el ojo en el listado de Excel que barajan y hay mucho nivel ahí. No pude desvelar nombres, pero esperamos a estrellas recién retiradas. Un partido histórico para el rugby español».

La ilusión de un juvenil, Fernando López, a punto de cumplir los 34 y con cuerda para rato. El Rey León, titulaba aquella portada de Marca con el pilar ensayando ante Alemania con el Rey Felipe VI en la grada del Central, desbordado días antes de la otra tragedia de Heysel. Pasado, a fin de cuentas. Ahora, rodeado del cariño del pueblo de Ordizia, «donde nos conocemos todos, un lugar lindo para criar a mis hijos. Hemos comprado un piso y nos quedamos a vivir acá»- Fernando López mira al frente con esperanza.

Un vasco más, casi como los hermanos Goia, Julen y Oier, mentores en su segunda etapa en suelo vasco. «Además, aquí nunca hay problemas para ir con la Selección y se vive con pasión el rugby. Hace diez años, en el Bera Bera, la gente se pensaba que llevábamos casco como en el fútbol americano». En el Goierri, es feliz, con sus amigos. Y a finales de junio, cada año, con la Feria de la Cerveza. En la que Fernando, Eliana y los pequeños Felipe y Lola descubrieron el amor a primera vista. Una nueva casa. La definitiva.

[Foto de cabecera: Walter de Girolmo / FER].