Hubo un tiempo en que estaba mal visto ser mujer y jugadora de rugby. Días de escaso apoyo familiar para la práctica oval —sin ahondar en los manidos clichés sociales sobre aspecto y/o sexualidad— y en los que la gran mayoría de aquéllas que se decidían a dar el paso y practicar este deporte lo tomaban como algo meramente recreativo.

Sin necesidad de acudir al pleistoceno, apenas cinco años atrás respecto a nuestros días, José Antonio Barrio Yunque retomaba las riendas del rugby femenino en España. «Había empezado con el seven en 2009, hasta mi salida con la llegada de Cancho en 2012. Alfonso (Feijoo) me repescó dos años después y, supongo que también por la necesidad económica, me encontré de golpe con el XV y el seven«, recuerda ahora máximo responsable del despegue meteórico del rugby nacional español. «En cinco años hemos pasado de que algunas chicas vieran con reparos ir al gimnasio «porque no querían ponerse fuertes» a disputar unos Juegos Olímpicos o ver a 9.000 personas en el Central con un España-Holanda femenino».

Ahora todo es distinto: «Algunas chicas tienen Becas ADO, ayudas de sus clubes, ya no sienten la necesidad de irse a jugar al extranjero como antes. El cambio ha sido alucinante y una de las claves fue, sin duda, meternos en los Juegos Olímpicos de Río. Ver mujeres practicando este deporte derribó obstáculos que teníamos para lograr que las niñas y chicas jóvenes se sumaran al rugby».

Más de 9.000 personas vieron la final contra Holanda en el Central (Foto: Ferugby).

El potencial es enorme, las empresas arriman el hombro (fundamental el papel de Iberdrola, al que se suma ahora Renfe) y desde la FER se trabaja fuerte en la expansión. Limitadas en lo deportivo por no poder entrar en el 6 Naciones, las Leonas captan adeptos: «Sin querer ser pretenciosos, éramos conscientes de que ante Holanda debíamos ganar bien. Preparamos el partido de forma que jugásemos bonito, que atrajera a la gente que fuese al Central… y luego nos encontramos al saltar al campo con una afluencia mucho mayor de lo esperado».

«Sabíamos que ante Holanda debíamos ganar bien el partido: lo preparamos para jugar bonito y atraer gente… pero cuando saltamos al campo nos encontramos una afluencia mucho mayor de lo esperado», dice Yunque

Reconoce Yunque sin reparos que el grupo dedicó más atención «a las actividades promocionales de los días previos buscando visibilidad» que al partido en sí. Porque ser campeonas de Europa en realidad tiene su truco. Es el título más amargo del mundo. Anda España atascada en un callejón, entre equipos de un nivel muy inferior y un muro infranqueable que le impide jugar ante combinados de su talla, dentro de un 6 Naciones al que un día perteneció y del que no debieron echar a las Leonas.

Ahora que se habla tanto del techo de cristal que las mujeres quieren romper, en el rugby esa barrera está encarnada por el club cerrado que compite en el 6N. «Ahora mismo estamos a un nivel similar al de Gales, Irlanda, Escocia o Italia, pero no nos dejan competir contra ellas, y la diferencia con nuestros rivales directos es abismal».

Entre las autoridades presentes en el Central la semana pasada, cuando España sumaba su séptimo título europeo, debió tomar nota Nicky Ponsford: responsable del Comité de la Mujer de Rugby Europe, sorprendida por ver un ambiente similar o superior al de partidos del 6 Naciones. «Me invaden por igual dosis de optimismo y de pesimismo, creo en que todo pueda cambiar y me dicen que con la nueva Liga Mundial, al menos en chicas, el sistema de ascensos y descensos será más asequible para países como el nuestro y así medirnos a las grandes potencias. Sudáfrica es una aliada nuestra, está en la misma situación».

Los éxitos del equipo dirigido por Yunque han elevado la notoriedad del rugby femenino español (Foto: Ferugby).

El gran reto deportivo, más allá de las hipótesis de futuro, es la clasificación mundialista para Nueva Zelanda’21: «Y será más difícil porque, en su afán por globalizar, World Rugby le ha quitado una plaza a Europa: lo normal es que entre Irlanda, Escocia, Italia y nosotras, si ganamos el Europeo, peleemos los dos billetes».

Yunque lleva muchos kilómetros en el rugby femenino y no mira más allá del siguiente desafío: «Llevo dos años sin vacaciones y de momento sólo me marco este reto del Mundial. Luego ya se verá. ¿Sabes qué pasa? Que el rugby es un deporte de locos y la ilusión te lleva a seguir. El otro día lo hablaba con Alevín (Paula Medín): es que este proyecto es muy chulo. Hay muchas chicas jóvenes, con talento y que hacen un juego veloz y vistoso».

«El próximo gran reto es el Mundial de Nueva Zelanda en 2021: será difícil porque World Rugby le ha quitado una plaza a Europa y además la clasificación del ‘seven’ para Tokio 2020 es prioritaria»

Porque no es lo mismo ver el Central con un España-Rumanía de los Leones, a los que incluso llegó a visitar el Rey Felipe VI ante Alemania, que un duelo femenino contra Holanda. «Todo tiene su mérito, pero la respuesta del otro día superó con creces todo. Cuando lleguen los cruces para el Mundial nos encantaría contar con todo ese apoyo». Serán partidos duros en los que además igual podrían perder Leonas del seven, «porque la clasificación para Tokio 2020 es prioritaria ahora mismo. Estará complicado, pero las chicas lo están haciendo bien con Pedro (De Matías). Además, en la fase decisiva intentaremos incorporar a más jugadoras aún, como Teresa, Anne y que las veteranas puedan estar, además, a su mejor nivel».

Mayka Brust, en una imagen de la final contra Holanda (Foto: Ferugby).

Mientras, la Liga Iberdrola sigue creciendo al punto de necesitar una División de Honor B. «Ese es nuestro gran reto. Hemos logrado una categoría con un nivel altísimo, mucha competencia, y eso es gracias a las jugadoras y los clubes. En realidad, todas las que participan en la Liga Iberdrola son Leonas. En estos cinco años ha ido todo rapidísimo, ¡hasta nos cuesta cuadrar las fechas!».

Competición de ida y vuelta, playoff televisado, y un proyecto de segunda categoría en ciernes para que el salto entre las territoriales, donde juegan las niñas que se inician, y la élite con Leonas que disputan la Copa del Mundo no sea un abismo. España seguirá produciendo rugby femenino, y no sólo con el flujo constante de jugadoras, sino también con entrenadoras. «Vamos incorporando mujeres a puestos de decisión. Aroa y Cape llevan el Emerging (España ya tiene segundo equipo femenino), Vanessa Rial está con el Seven Sub-18, Berta también sumándose y colaborando en la formación», cuenta orgulloso José Antonio Barrio.

Con la fuerza y robustez de esa pieza de hierro que da nombre a su apodo, Yunque ha levantado el rugby femenino español. Ese en el que las chicas ya van al gimnasio… al punto de haberse ganado el derecho a reclamar una oportunidad entre la élite mundial a todos los efectos.