El majestuoso U-Arena parisino, recién estrenado, celebra que Racing vence por 39-6 a Clermont. Es el pasado 7 de enero. Corre el minuto 56 y Samu Ezeala, con 18 añitos recién cumplidos, hace realidad su sueño debutando en el Top14. Una carrera del gigante Vakatawa acaba con impacto frontal sobre el joven formado en el BUC barcelonés. Desplomado, con escenas de pánico e incluso una sábana tapando las imágenes. Directo al hospital. El sueño de Ezeala se desvanecía en menos de una hora.

Por delante, tres meses de parón obligado y la esperanza de que no hubiese secuelas, que ni él dejara el rugby ni el rugby le diese la espalda. Franck Azema, técnico de Clermont, lo tenía claro: el chico tenía madera y si salía bien de aquello tendría otra oportunidad. «Sabía que volvería a estar aquí. Franck me dijo que jugué bien aquel día, más allá del golpe. Cuando volví a jugar me confirmó que estaría en la pretemporada. Debí hacerlo bien en los amistosos porque contra Agen me puso de titular», ha contado estos días Samu Ezeala en Play Rugby.

Siete meses y medio después de aquella acción con la que saltó a la fama y en la que se discutió sobre los riesgos de la promoción de jóvenes jugadores, Ezeala volvía a formar con Clermont. Esta vez en el Michelin, contra Agen, y sin el pretexto de aquella plaga paranormal de lesiones que acuciaron a los Volcans la pasada campaña. Samu se lo había ganado.

Al descanso, Clermont caía 15-16. Volvían las dudas. Pero nuestro protagonista no podía dejar su oportunidad. Antes de ser sustituido en el ecuador de la segunda mitad, dos ensayos con su firma: un quiebre de categoría para romper la línea rival y el acompañamiento que se exige a los velocistas para estar en la descarga y posar a placer. La Yellow Army tenía nuevo ídolo, el chico que surgió de sus cenizas.

«Al principio sí que pensaba en el golpe, pero con el tiempo y acumulando partidos, unos 15 con los Espoirs, ya lo vas dejando atrás y ni lo piensas. A ver, hubo un problema este verano a nivel de prensa porque tras la desgraciada muerte de Louis Fajfrowski (Aurillac), un periodista muy influyente volvió sobre mi caso y empezó a decir que si en mi jugada con Vakatawa yo había tenido una parada cardíaca… y no es cierto. Por suerte mi familia no leyó todo eso, porque además es falso. Tanto Franck como los doctores tuvieron que salir al paso. La gente volvió a recordar aquello, y fue algo pesado».

Este domingo, el calendario había preparado el escenario para que Vakatawa y Ezeala se reencontraran, pero Azema decidió no convocar a Samu para el choque con Racing 92, en el mismo escenario de aquel KO que dio la vuelta al mundo. No se encontrarán, evitando así el inevitable regreso de la prensa sobre el episodio, pero ambos jugadores mantienen buena relación desde que el internacional francés visitó a Ezeala en el hospital, después de su conmoción.

“A Raka y a mí nos dieron la posibilidad de jugar con Francia, pero dejo clara una cosa: no nos obligan. Soy responsable de mis actos, y lo que quiero es jugar al máximo nivel posible. Lo voy a intentar con el país que me adoptó. Queda mucho para decidir con quién acabo jugando a nivel absoluto»

Samu (11 de diciembre de 1999, Barcelona) se crió en el BUC. Pronto destacó y fue internacional con España en categorías inferiores. Hace un tiempo, también en Play Rugby, Miguelón hablaba de Ezeala y otros jugadores robados como Prieto y Paulos (que ya es una realidad con Jaguares, aprovechando su sangre argentina) como piezas a las que no se podría retener.

El liceísta Prieto está creciendo en Biarritz (debutó hace unos días) y el caso de Ezeala es incluso prioritario para el mismísimo Bernard Laporte, presidente de la Federación Francesa de Rugby. De no ser por la conmoción, Samu habría estado en la lista del Gallo para el 6 Naciones Sub-20, e incluso para un Mundial que acabó ganando Francia este verano. «Me dijeron eso, que tuve bastantes opciones de ir con ellos, pero la documentación no llegó a tiempo…».

La jugada del infortunado placaje a Vakatawa, en enero pasado.

Ezeala aterrizó en Clermont en verano de 2015 y el proceso de nacionalización no ha avanzado como a él le gustaría. Él lo tiene claro y, aunque Santi Santos suspira por incorporarlo a los Leones, la pelota está en el tejado del jugador, que tampoco tiene prisa: «Mi objetivo actualmente es llegar a jugar con Francia sub20, que es algo que tampoco me bloquearía para nada. Después ya veremos qué puede pasar, porque hay muchas cosas que influyen y ahora quiero esperar un poco y ver hacia donde va mi carrera. Estaré tan contento si acabo jugando con Francia como con España. Vestir la camiseta del León siempre fue para mí un honor».

La progresión de Samu es imparable, lo saben en Clermont y también en la FFR, y el jugador es consciente de las oportunidades que se le pueden abrir aún con sólo 18 años: «A Raka y a mí nos dieron la posibilidad de jugar con Francia, pero dejo clara una cosa: no nos obligan. Soy responsable de mis actos, y lo que quiero es jugar al máximo nivel posible. Lo voy a intentar con el país que me adoptó. Queda mucho tiempo, insisto, para decidir con quién acabo jugando a nivel absoluto». En Ferraz se asume que Ezeala acabará luciendo el Gallo en el pecho. No se puede luchar contra algo así.

“Si juego al nivel que esperan de mí, tendré oportunidades. Somos cinco alas en el equipo y Raka y Grosso se irán con Francia en los ‘tests’ y en el 6 Naciones. Espero poder entrar en las rotaciones”

Pero a Samu Ezeala nadie le regaló nada. Ni su debut accidentado ni tampoco su resurgir tras la conmoción. «Fueron tres meses sin hacer rugby, sólo gimnasio, sin contacto. Nunca llegué a temer que ahí se acabara todo. Estaba convencido. Además, me dijeron que me iban a volver a subir con el primer equipo cuando estuviese recuperado, pero como Clermont ya estaba salvado del descenso y tampoco tenía opciones reales de disputar el playoff y de clasificarse para la Champions, Franck Azema nos dijo que era mejor que los jóvenes peleásemos con los Espoirs por ser campeones de Francia».

Vakatawa visitó a Samu en el hospital.

Y así fue. Doce años después, el equipo nodriza volvía a reinar en Francia. Era su sexto título nacional de la historia y en la final ante Pau (24-19), Samu posaba el tercer ensayo para los amarillos. Ezeala estaba de vuelta y listo para dar el salto.

Tiene contrato en vigor hasta 2021, recién renovado. Clermont no le quita el ojo y el chico está realmente cómodo en la ciudad. «Es muy tranquila. Para buscar marcha hay que irse a Lyon o a París», confiesa. Tras el cierre de la mítica sala B. Box es más fácil que los jugadores de rugby se aburran y se centren en el rugby. Conocida la historia del título con los Espoirs, ¿ahora qué? Pues a consolidarse en el Top14. «Si juego al nivel que esperan de mí, tendré oportunidades. Somos cinco alas en el equipo y Raka y Grosso se irán con Francia en los tests y en el 6 Naciones. Espero poder entrar en las rotaciones». Eso, siempre y cuando a Samu no le recluten para el 6 Naciones Sub-20: «Para eso hará falta que estén los papeles, ¿no?», se lamenta.

Con el 14 a la espalda sufrió la conmoción ante Vakatawa, y con el 11 dejó los dos ensayos ante Agen. Un ala de manual, aunque «con los Espoirs también he sido zaguero o cualquiera de los dos centros, pero me considero un ala puro y con el primer equipo está más claro aún. Aún estoy muy verde para hacer de 15 o de 13 en el Top14».

Me siento bien con 95 kilos en los contactos, pese a que pueda haber gente más grande. Es más una cuestión de carreras, cortar, ‘timing’, la velocidad de ejecución, los pases…

Aquel choque de enero puso en tela de juicio si aún no estaba formado físicamente como para un partido así, algo que el catalán desmiente rápidamente. «Me siento bien con 95 kilos, y tampoco pretendo ganar más. En los contactos, pese a que pueda haber gente más grande, me siento bien. Es más una cuestión de carreras, cortar, timing, la velocidad de ejecución, los pases… Si eres centro tienes que estar pendiente de muchas más cosas, y, ojo, que si el entrenador me dice de ponerme ahí algún día intentaré hacerlo bien».

De momento, le toca acumular partidos y el Top14 y la Challenge son un buen escenario. A nivel internacional, su sitio está en la sub-20 gala porque, más pronto que tarde, llegará el documento que le habilite para jugar con su país de adopción. No se le pueden poner puertas al campo, y cortarle las alas a uno de los jugadores nacidos en España con más proyección de las últimas décadas suena a disparate. La carrera de Ezeala acaba de empezar, con los altibajos que eso supone: un día brilla con dos ensayos, al siguiente Azema lo relega. Es el signo de un jugador joven que se asoma al entorno implacable de la élite. Pero ahí arriba hay sitio para él. Lo dicen en Clermont y lo ratifica incluso Laporte.