Aquel primer asentamiento de galeses en un territorio difícil, semidesértico, con todo por hacer y con un enorme espíritu aventurero y emprendedor, fue la base de las ciudades de Rawson, Trelew, Puerto Madryn y Gaiman, donde los descendientes de aquellos primeros colonos armaron su lugar en el mundo, honrando sus tradiciones.

El rugby, deporte nacional en Gales, forma parte de la vida de estas ciudades, donde tiene sede la Unión de Rugby del Valle Inferior del Río Chubut, cuyos 50 años se cumplirán en 2021.

Felipe Irianni nació en Gaiman, integró el primer equipo del club Draig Goch (que en idioma galés significa Dragón Rojo) de la ciudad. Su familia tiene una casa de té muy famosa y tradicional en la región.

«Los galeses lograron una adaptación a lo largo del tiempo que no hubiera sido posible sin la ayuda y la colaboración que los indígenas Tehuelches les dieron. Quizás esto demuestra por qué un pueblo en donde la cultura galesa es tan fuerte, el nombre sea de origen autóctono». Gaiman significa piedra filosa en tehuelche.

Felipe

«En jardín de infantes, iba al Ysgol Feithrin (jardín galés). Durante la primaria, asistía por las tardes a clases de galés con un profesor proveniente del país de Gales. Actualmente, todos los años vienen cuatro profesores galeses a dar clases de su idioma en Trelew, Puerto Madryn, Trevelin y Gaiman. En el Colegio Camwy (‘río sinuoso’ en galés, en referencia al Rio Chubut), teníamos la opción de elegir segundo idioma, el galés o francés».

Así de fuerte es la raigambre.

“Hay dos eventos anuales en donde se recita, canta y baila en idioma galés y castellano. Este evento se llama Eisteddfod y participan contingentes de nuestro país y Gales”, cuenta Felipe.

«Esas semanas son especiales. Los galeses que llegan aquí se sorprenden, sin creer que tengamos calles e indicaciones viales en nuestro pueblo en idioma galés”.

“Desde luego, muchos apellidos y nombres de los habitantes son de origen galés también», añade.

Estos detalles convierten a Gaiman en una atracción en sí misma para los visitantes. «La identificación con la cultura y tradición galesa, es algo que para nosotros es completamente natural. No es forzado o para la ocasión», agrega Felipe.

Entrada al Museo de Gaiman, un enclave de tradiciones galesas en la Patagonia argentina.

En 2006, la selección de Gales llegó a Puerto Madryn para disputar un test match contra los Pumas. Ese evento marcó para siempre a la región y ni que hablar, a Gaiman. «Algunos de sus jugadores vinieron a nuestra cancha – que en ese entonces era de tierra – a darnos una clínica de rugby, a pasar el día y a entrenar con nosotros. Este gesto no solo logró difundir aún más el deporte en la zona, sino que también logró que más chicos se sumaran a las prácticas. No había plantel superior y nosotros, los que teníamos en ese entonces catorce, quince años, fuimos por un tiempo la categoría más grande del club».

A finales de los años 80, llegaron al Club Patoruzú RC de Trelew tres galeses, que jugaron en el Seven de la UAR en el CASI. Uno era el apertura Jonathan Davies y el otro el wing Ieuan Evans, históricos jugadores del seleccionado de su país y los British & Irish Lions.

El rugby, deporte nacional en Gales, forma parte de la vida de estas ciudades, donde tiene sede la Unión de Rugby del Valle Inferior del Río Chubut, cuyos 50 años se cumplirán en 2021

Claudio Buezas es Oficial de Desarrollo UAR en la región. Originario de Patoruzú RC, pasó nueve exitosas temporadas en el multicampeón Hindú Club.

Cuenta: «El jugador del Valle tiene sus características. Venimos trabajando en nuestras fortalezas y en la identidad, que hace a los jugadores que nacen, crecen y se desarrollan en la región y si hay algo que nos distingue es que somos tackleadores muy fuertes, desde chiquitos».

«Entrenamos durante todo el invierno, con un clima muy complicado de viento, nieve y frío, casi siempre con muy poca iluminación con un calendario que ciertamente no nos favorece», explica Claudio.

«Es en uno de los pocos lugares del mundo, si no el único, donde el inmigrante -el galés- se vinculó de manera muy amistosa, respetuosa y empática con el originario -el Tehuelche- y esa unión, esa comunión, ha sido y sigue siendo hoy piedra basal de nuestra comunidad, de nuestra historia y de cuanto hagamos».

Mariano

Mariano García Arancíbar, ex intendente de la localidad de Gaiman, ex jugador y presidente de Draig Goch, explica que «toda la zona del Valle tiene un vínculo desde su esencia y desde su origen con Gales. Gaiman es hoy, la cuna de la colonia galesa. Cualquier calle céntrica de nuestra ciudad, la señalética, los nombres de los negocios, hay mucho en idioma galés. La arquitectura… vale decir: la influencia es enorme y está viva y palpable», comenta.

Colegio Camwy, el primer colegio de Chubut, en el que hoy en día se enseña el idioma Galés como asignatura.

Está juntando material para el libro de los 50 años de la Unión del Valle del Chubut. «La pandemia ha servido para comenzar a recopilar el material», explica. «Hay mucho camino recorrido desde ese primer entrenamiento que se llevó a cabo en 1966, con diversos intentos de formación hasta 1971 que quedó formalmente creada. Draig Goch es club fundador. El club al poco tiempo se disolvió, volvió a tomar impulso más adelante, hasta que en 2004 regresamos oficialmente», explica Mariano.

«El 2% de la población de Gaiman forma parte de los equipos del club tanto femeninos como masculinos. Parece poco, pero es un montón. Y eso es sin contar a los familiares y gente que colabora. Acá en nuestra ciudad, el rugby es el deporte más importante», afirma orgulloso.

Orgulloso también, dice que aunque no todos tienen ascendencia galesa, el idioma galés es el segundo en importancia. “Acá se habla galés. Se da en las escuelas y, desde el año pasado, hicimos un proyecto conjunto con la escuela galesa de la ciudad para que se brinden lecciones, en el club, dos veces por semana».

El Draig Goch de los años 70, uno de los clubes que fundaron la Unión: luego se disolvió y resurgió en el 2004.

Profundiza al explicar: «El año pasado concretamos un proyecto genial. Vino Mike Downey, un maestro que además, era jugador de la primera del Clwb Rygbi Caernarfon, un club del norte de Gales, que además de trabajar como maestro del idioma y enseñarlo, ofició de entrenador de la M13 y también como jugador en el Plantel Superior. Se quedó todo el 2019 y estamos a la espera de que regrese pronto”.

«El 2% de la población de Gaiman forma parte de los equipos del club tanto femeninos como masculinos. Parece poco, pero es un montón. Y eso es sin contar a los familiares y gente que colabora. Acá en nuestra ciudad, el rugby es el deporte más importante»

Antonio Tony Mirantes es el actual presidente de Draig Goch. Avala y reafirma lo antedicho por Felipe y Mariano. «En las familias se estimula el pasar de generación y generación el idioma, las tradiciones, la comida, la religión, todo. Culturalmente, no hay dudas de que Gaiman es una pequeña porción de Gales fuera de Gales».

«Siempre llegan profesores de galés a la ciudad y por ello, esos lazos culturales son increíbles cuando uno realmente toma dimensión. Y cada vez más fuertes», dice Antonio.

«Hace relativamente muy poquito tiempo el club tiene cancha sintética de hockey y cancha de rugby con pasto. Eso nos ha servido para que todos vengan a vivir lo que es la vida de club y no a tener que ir a entrenar a otros lugares. Ahora la actividad es acá. Eso es impagable».

La cancha de césped, en el día de su estreno en agosto de 2019: un salto adelante para el club.

«El objetivo es que vengan más chicos de Gales para acá; dada la situación económica, para ellos es más fácil. Pero el intercambio está garantizado. Ellos vienen encantados».

«Están llegando poco a poco al plantel superior del club los chicos que empezaron hace quince, dieciséis años en infantiles bien chiquitos, con cinco o seis años. Eso es una alegría indescriptible», dice Antonio, que anhela cerrar el círculo “y que cuando ellos dejen de jugar, sean los dirigentes que nos reemplacen y nosotros venir al club a disfrutar de ver como todo lo que vamos sembrando va dando sus frutos», concluye.

El rugby es el deporte nacional en Gales. En Draig Goch se respira rugby también. «El rugby femenino es todo un suceso. Nos va muy bien. Gaiman es rugby por donde se mire».

Paloma

Paloma Pugh es una todoterreno en el club. “¿Paloma? ¡Paloma está en todo!”. Dicen los consultados. Y su ascendencia galesa está a flor de piel. “Estudio y aprendo galés desde hace dos años. Lamentablemente no sé por qué no empecé antes. Mis otros abuelos son Thomas de apellido, así que sangre galesa tengo», dice sonriente. «No hablo fluido todavía, pero me defiendo y lo entiendo», asegura.

«Mis sobrinos, que van a la escuela galesa, hablan perfecto», dice Paloma, que viajó muchas veces a Gales «y siempre por el rugby», explica.

«La última vez fui en 2018. Fuimos con Martyn y Elvis Hughes, dos chicos de Gaiman, al club Llangefni – donde estuvieron seis semanas jugando – y al Llandovery College, en el sur de Gales”. En ese club y en ese colegio jugaron y estudiaron los internacionales George North y Alun Wyn Jones.

“Fue una experiencia realmente increíble para nosotros», asegura.

“No teníamos idea de que la historia de los inmigrantes galeses en la Patagonia se conocía tanto allá. Nos sorprendimos mucho, para bien. Nos invitaron a cuanto evento había, todos querían conocernos, saber más de nuestra región y conocimos un montón de gente súper interesada».

Eran charlas todos los días porque durante todo el viaje se alojaron en casa de familia. De más está decir que los recibieron excelentemente bien. «Todo fue perfecto», añade Paloma.

El viaje fue rugby y más rugby. «Nos llevaron a ver Scarlets contra el Toulon por la Champions. Ese día, ahí mismo, nos presentaron a Phil Bennett, con quien charlamos y nos firmó banderines, camisetas para nuestro club. También nos invitaron a ver Gales versus Escocia en Cardiff. Fuimos muy afortunados y siempre estamos muy agradecidos. Ellos reconocen en nosotros a otros galeses. Compartimos las raíces, la cultura, el idioma y eso lo valoran una barbaridad».

Los muchos galeses que visitan anualmente Gaiman «lo viven realmente con mucha intensidad. Es una mezcla de asombro, orgullo y amor».

Mike

Por último, Mike Downey. Ese nombre que como al pasar se mencionó más arriba, no es un galés más. No en Gaiman. Mike vivió diez meses en la ciudad y él mismo cuenta su experiencia. “Inicialmente, solicité el trabajo para enseñar a tiempo completo en la Escuela Primaria Galesa en Gaiman y milagrosamente, la escuela regresó a mí ofreciéndome si quería trabajar para la escuela y para el Club de Rugby Draig Goch”, cuenta.

“Fue un sueño hecho realidad”, afirma. “Dejé Gales por diez meses sabiendo que me iba a la Patagonia para continuar con mi carrera de maestro de escuela primaria, pero también para jugar al rugby, entrenar rugby y enseñar galés allá”.

El flamante campo de hierba del Draig Goch.

 

Entre los muchos asados de bienvenida a la ciudad – que no dejaban de sorprenderlo – asegura que “la primera sesión de entrenamiento fue interesante en muchos sentidos, no sólo porque no había pasto en la cancha -era todo tierra- sino que también intentaba esquivar los mosquitos así como a mis nuevos compañeros de equipo”, cuenta Mike, que también recuerda que “el equipo se comunicaba en español. Aprendí a entender «izquierda» y «derecha» y fueron las primeras palabras que aprendí y, a partir de ahí, se hizo más y más fácil cada vez”.

“Me encantó la forma en que la gente se saluda allá. Un gran apretón de manos y un abrazo al principio de cada sesión de entrenamiento, el mate, las cervezas, los asados y la diversión. Todo eso es hermoso”, acota.

Desafortunadamente se rompió el ligamento de la rodilla después de siete partidos. “Si bien dejé de jugar, siempre me sentí y me siento aún parte de la familia Draig Goch”, afirma Mike desde Caernarfon, en el norte de Gales.

Mike Downey llegó a Gaiman para ejercer de maestro de primaria, pero la escuela le ofreció también dirigir en el Draig Goch: «Enseñar galés, jugar y entrenar al rugby al mismo tiempo fue un sueño hecho realidad»

Cada cosa que cuenta reafirma la noción de que un galés, en Gaiman, está realmente en Gales. “Tuve la oportunidad de entrenar a la m13 junto a Kevin Williams. Tratar de comunicarme en español fue una tarea difícil. Por suerte Bauti, uno de los chicos del equipo, podía hablar galés con fluidez, así que me ayudó mucho. Antes de darme cuenta, estaba hablando y entrenando a los niños con algo del español que aprendí. También estaba enseñando galés a los jóvenes jugadores del club dos veces a la semana y así, mientras les enseñaba galés, ellos me enseñaban español”.

Mike asegura que de las mejores experiencias de formar parte del Draig Goch fue vivir con dos familias galesas de la Patagonia, miembros del club. “Viví primero con Ivon Williams y su pareja Guadalupe y sus hijos Ian y Eric y sorprendentemente teníamos una completa conversación todas las noches alrededor de la mesa, en tres idiomas diferentes. Éramos todos bilingües, pero bilingües en diferentes idiomas. Teníamos galés, español e inglés hablado alrededor de la mesa todas las noches”.

“Luego también tuve mucha suerte de vivir con Billy Hughes y su esposa Gladys Thomas. Tenían tres hijos pero todos estudiaban en La Plata. Me trataban como a su propio hijo y era increíble escuchar a Billy tocar la guitarra y cantar canciones galesas después de la cena cada noche. Hasta viajamos a Tecka y Esquel para poder conocer a su mamá”.

Mike Downey, junto al tanque de agua traída del río y que se usa para el riego por aspersión del campo.

Mike habla de Draig Goch y se emociona. Y reconoce a Tony Mirantes como parte fundamental de su adaptación a Gaiman y al club. “Si no fuera por él, nunca habría formado parte de la familia Draig Goch. Él hizo el trato con Rebecca White, la directora de la escuela primaria galesa”.

También, el agradecimiento para Paloma Pugh. “Sin ella, no podría haber vivido en Gaiman. Me ayudó muchísimo en todo”, recuerda. También se acuerda de ‘Y Mochyn Du’ (El Cerdo Negro) que es un pub en Gaiman donde las reuniones eran interminables.

“Ojalá pueda, en el futuro, dar la bienvenida a jóvenes jugadores de Draig Goch para jugar al rugby donde yo jugué al rugby cuando crecí aquí en Caernarfon”, asegura Mike. “Esa es una de mis más grandes esperanzas”. En realidad, aunque están geográficamente a muchos miles de kilómetros, la distancia real entre Gaiman y Gales, queda claro, es inexistente.

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