Darwin se adelantó al rugby y, aunque el oval llegó después, el juego de a XV ya nació evolucionado y limado en sus todas sus aristas. Surgió como contrapeso de la pandemia de balones esféricos que se anunciaba en la bisagra del siglo XIX con la centuria pasada, cuando un iluminado de claustro académico agarró el balón y salió corriendo… Paradme si podéis, malnacidos, que solo dais coces a la pelota. William Webb Ellis, el Harry Potter del rugby.

El rugby es en sí un extenso tratado de zoología, centrada en los mamíferos bípedos o las aves esteparias, que las hay en Argentina, Sudáfrica, Australia… y no en Nueva Zelanda, más allá del kiwi, que se convalida por todo. Pero también el juego se aventura en las cavernas de la psique humana y su aún por discernir capilarización de comportamientos en muchos casos indescifrables. De haber aplicado su genealogía a la descendencia de los guisantes, Mendel habría gestado solo pilieres. Y es que un guisante y un pilier tienen más en común que un ave ñandú y su primo atrofiado de NZ. Sí, el rugby es en sí un ejercicio de darwinismo y sus criaturas acaban siendo molde externo e interno.

El rugby es en sí un extenso tratado de zoología, centrada en los mamíferos bípedos o las aves esteparias, que las hay en Argentina, Sudáfrica, Australia… pero no en Nueva Zelanda, más allá del kiwi, que se convalida por todo

Las jarcias del HMS Beagle y su tripulación tenían en sus mástiles y trinquetes los postes, y en la cubierta una veintidós constante. La navegación de altura maduró con la ilustración y el rugby es un juego de ilustrados villanos. No sé si será mi vil cabeza aventurera pero veo en Steven Maturin, el galeno irish de Master and Commander, a un apertura trébol, con delirios de campo inclinado y desenrollando el césped a la voz melaza que es el acento irlandés. El irlandés es otro inglés más latino; el inglés es un mal irlandés. No es esa la cuestión. Y en Jack Aubrey, el medio burlón que siempre escapa intacto al desastre de la melé colapsada. Qué viejos son los barcos de madera y el rugby de polo rayado.

El rugby viajó con los colonos de habla /schwa/ y fue en el hemisferio sur donde, a la ausencia de distracciones, que no de rameras y brandy barato, floreció a la velocidad que las ovejas se multiplicaban en esas dos islas que esperaron a Cook para darle nombre a su estrecho. Los boers, a base de puñetazos -dulce dialéctica- robaron el oval a los presumidos ingleses y les enseñaron que quien más empuja, gana. Los pastores galeses de la Patagonia plantaron la semilla del puma y hasta en el mal gusto del colono yankee floreció un oval… Distinto, pero oval. Y así se hizo pandemia este juego, pues incluso la reforma Meiji japonesa se vio afectada… y de aquellas semillas, estos éxitos cherry blosson.

Las cubiertas de la ilustración cartografiaron el globo y con ellas nació el hombre de humanidades. Arquetipo céntrico e universal. Platónico con sazón aristotélica y proceder cartesiano. ¿Y qué es un poste de rugby sino un eje de ordenadas y abscisas que dibuja la exponencial del buen pateador? Un pateador es un matemático no romanizado. Aunque hay pateadores de full-back. Animal que vive en los lindes del mundo y al que capitalizan los focos cuando la razón oval vuela a sus manos. Tras sus nalgas solo hay un océano helado que acaba en la línea de ensayo. Anhelo amudsiano o shackeltoniano para el rival.

Como esta va a ser una genealogía singular y antojadiza, empezamos por los segundas, que se han pasado casi toda la historia del rugby siendo medianamente invisibles salvo en las touches. Así que algo de justicia con los mastuerzos. Veamos ya la zoología oval.

El 4 y el 5

The Lock. Segunda. Second rowor even worse, a pair of 2nd lines – para los que lucháis en la trinchera del B1 y traducís todo al copia y pega de Google translator. Incluyo aquí víctimas de la ESO a los que jugar a esto les atenúa la desgracia y con ello mi desprecio intelectual. , el flaco alto y el gordo que no corre pero es muy grande, id haciéndoos a la idea de que vais a vivir juntos mucho tiempo juntos en el inframundo. El hábitat del lock es el purgatorio del empuje. Son la sala de máquinas de la melé. No ven el sol y sus calderas son las nalgas de los primeras líneas. Balcones olorosos a la proa de la melé. El 4 ó el 5, es una especie de castigo divino. Son la ineficiencia de la industria del motor Made in USA: más grande, da igual lo que gaste. En su defensa hay que afirmar que suelen ser tipos calmados y maduros; y deben serlo, pues trabajan duro para  casi nunca llegar al resultado que otros festejan. Conscientes de su desplazamiento y tonelaje, valoran el gasto energético. Son Hodor en Game of Thrones.

Suelen estar relacionados con lecturas metafísicas y deambulan bajo un slowdown vital constante; y rara vez suelen perder los nervios. Gente estoica. Psicólogos, biólogos o metafísicos de la vida. Todos son grandes pensadores a su nivel. Sus novias, o lo que sean, suelen ser chicas igualmente altas y delgadas. Femeninas con un toque campestre… Leídas y viajadas. Románticas amigas de cardigans holgados, faldas largas y zapatos camper torcidos. Filólogas o profesoras. Un poco casuales a lo Desigual o Pepe Jeans, como ellos.

Los segundas deambulan en un ‘slowdown’ vital constante: rara vez suelen perder los nervios. Pero también hay ‘locks’ problemáticos y la principal cepa se da en África del Sur: uno sueña con las cabezotas de Botha y Etzebeh en un mismo esqueleto

El lock siempre es una criatura gemínida, pues una vez pierde su siamés de empuje fuera del césped, lo recupera en su pareja. No se concibe en unidad. Su concepción de unidad es binominal. Su cosmología es así dual. Si el Dr. Josef Mengele hubiera sido seleccionador del XV de la Wehrmacht, los habría incubado juntos para después amputarlos o no. ¿Qué tal un segunda con una sola cabeza y cuatro brazos? Todo un Panzerschutztruppefrankestein. También hay locks problemáticos y la principal cepa se da en África del sur. [Yo] sueño con las cabezotas de Bakkies Botha y Eben Etzebeth en un mismo esqueleto. Sujetos que rozan o plenamente se introducen en la psicopatía de la agresión gratuita bajo una sonrisa de Jack Nicholson en El Resplandor. Se les relaciona directamente con el típico comportamiento incorregible de números 6 o 7, de un flanker regular, de manual.

Nuestro segunda línea suele conducir un Land Rover, no un Range Rover, algún station waggon estilo Subaru o Passat y son grandes amigos de los animales. Disfrutan una tarde al fresco con un forro polar leyendo El País en un café así de modernetes Hora Chanante. Son grandes amigos de sus amigos y es muy pero que muy difícil tener un problema con ellos. Si un segunda pierde los nervios, todo acabará muy pero que muy mal.

Lo cierto es que hasta hace relativamente poco, y por razones que se deben a que el deporte históricamente ha vivido con una etiqueta elitista y eso ha limitado el acceso de los negros al juego, no habían irrumpido grandes jugadores de color. En Sudáfrica sobran las explicaciones, pero en el resto del mundo británico es una mácula en la cacareada caballerosidad y espíritu del césped britón. El lock tiene así un aire anglosajón o de twittero gafa pasta sobrealimentado. Las líneas de producciones británicas, australianas y neozelandesas generan sujetos siameses exceptuados por el gen maorí. Decir que el lock es producto de exportación para países menores en el rugby donde la proteína de la vaca no existió y con ello la sobrealimentación. Italia y Japón los importan de Sudáfrica, como el beef. Por razones proteicas, Argentina genera buenos segundas líneas con nariz porteña. Concluyo con el segunda del este. Tiparracos de tinte godzillesco o extras de una peli de Jason Statham, caso de georgianos y rumanos. Es curioso que el desastre de Chernóbil no generase ningún ciclope para jugar con Rusia.

En el rugby amateur los hay muy flacos y altísimos o auténticos pantagrueles de la vida. Aunque: Twin locks make better scrum. Algoritmo de mi puño. Mi recuerdo es para Oti. Otilino pescaba los dos metros y pesaba… Pagaba rodaje por salir a la calle. Fue el segunda de Bardinos R.C. en Tenerife. Panda de villanos leídos, de muy pero que muy mala reputación. Una vez vi le vi tirar a palos desde un par de metros por detrás del medio campo y salir sobrado. También es cierto que reventó el balón. Desequilibraba la melé. Todo corazón. Su afición era imitar las emisoras de radio taxi de La Laguna.

(To be continued)