El World Rugby Museum de Twickenham exhibe desde hace algunas semanas la fotografía de Kathleen Trick, conocida como La niña Springbok, un retrato donado recientemente al museo por una sobrina de Kathleen. La historia de esa imagen, y la de un cuadro conmemorativo en la que aparece la misma protagonista, mezcla la primera gira del equipo sudafricano por Europa y una fiesta de disfraces. Una anécdota que tomó carácter histórico y que marcó el comienzo de una muy especial relación entre Kathleen Trick y los equipos sudafricanos que a partir de entonces llegaban de gira cada tanto a las islas británicas.

El equipo de Sudáfrica en su gira europea en 1906.

Pese al cuadro y la fotografía, el relato no comienza con un artista, sino con un equipo de rugby en su primera gira internacional. En 1906, Sudáfrica esperaba repetir el éxito de la gira que había protagonizado el año anterior Nueva Zelanda, y con ese objetivo se embarcó en un viaje en el que iba a visitar Inglaterra, Irlanda, Escocia, Gales y Francia. Además, sabiendo que en su paso por el continente europeo los neozelandeses habían sido rebautizados como All Blacks, los sudafricanos decidieron adoptar también un sobrenombre… pero se adelantaron para auto bautizarse ellos mismos, con el fin de evitar que fueran el azar ni, sobre todo, la prensa británica, quienes le pusieran nombre al equipo. Por eso comenzaron a referirse a sí mismos como De Springbokken. El Daily Mail lo adaptó como Springboks, y ese fue el nombre que hizo fortuna.

Durante la gira de tres meses y medio, los sudafricanos se enfrentaron con algunos de los mejores equipos de las cinco naciones. No se limitaron a jugar contra las selecciones nacionales, sino que también se midieron con muchos clubes de cada uno de los países, lo que les permitió mostrar en múltiples escenarios su destreza en el campo. Ganaron 26 de los 29 partidos, con sólo dos derrotas y un empate. Aquella gira dio inicio a la leyenda de los Springboks.

La pintura de John Kelt Edwards.

Es ahí donde el cuadro aludido entra en la historia. La pintura al óleo de principios del siglo XX muestra a una joven vestida con la indumentaria de los Springboks. ¿Quién era? ¿Y cómo es que aparecía vestida con la equipación oficial? Lo más sensato sería pensar que se trataba de alguna pariente de uno de los integrantes del equipo. ¿Quién más podría tener acceso al uniforme? Y, siendo así, ¿cómo fue que alguien la retrató en una pintura y que ese cuadro acabó apareciendo en una subasta en Gales más de 90 años después de ser pintado?

La realidad es que la niña no era familiar de ninguno de los jugadores; de hecho, ni siquiera había nacido en Sudáfrica. Kathleen Trick era galesa, la mayor de siete hermanos. En la época de la gira de los Springboks su padre, Walter Henry Trick, ejercía como secretario del London Welsh RFC. Y, a su vez, el primo del señor Trick era alcalde de Stoke Newington. Invitado por casualidad a un baile de disfraces organizado por el alcalde de Londres en la Mansion House en enero de 1907, el munícipe tuvo un delicado gesto y le pasó las invitaciones a Kathleen y a su padre.

El padre de la niña era secretario del London Welsh y ávido seguidor del rugby, así que tras ver jugar a Sudáfrica decidió que su equipación sería el mejor traje de fiesta para la pequeña Kathleen

Trick era un ávido seguidor del rugby. Había visto jugar a los Springboks y, tras quedar cautivado por su actuación en el campo, decidió que su uniforme podría convertirse en el traje perfecto para que su hija asistiera a la fiesta. El único inconveniente era que sólo los miembros del equipo podían vestir el uniforme oficial… y en aquella época las réplicas estaban aún muy lejos de poder comprarse en una tienda. Así que hubo que negociar con el manager del equipo sudafricano, Cecil Carden, quien accedió a que Kathleen vistiese una equipación de Sudáfrica, pero con dos condiciones: que el traje fuera confeccionado por el proveedor oficial del equipo, George Lewin de Londres; y que Kathleen, de seis años de edad, quedara inscrita como miembro del grupo en gira.

Kathleen, con su traje Springbok.

Para ello le fue otorgada la condición vitalicia de Springbok Elect, lo que la convertía en miembro oficial del equipo y provocó que la historia llegase a los periódicos. Carden incluso envió una nota a Kathleen en la que elogiaba su traje y la firmó con un guiño: «Tu ‘manager». Siguiendo el juego, Kathleen contestó: «Siento que hayamos perdido en Cardiff, pero espero que ganemos la próxima semana».

El retrato al óleo fue pintado por el artista galés John Kelt Edwards en conmemoración de los triunfos de los Springboks en aquella gira, y los Trick lo colgaron en el comedor de la residencia familiar. La leyenda afirma que, en realidad, a Kathleen nunca le gustó demasiado el cuadro, por lo que durante mucho tiempo lo tuvo oculto detrás de un armario en su casa. Además, la niña fue fotografiada también con su traje en un estudio de New Oxford Street.

El ‘manager’ del equipo sudafricano exigió que el uniforme fuera confeccionado a medida por su proveedor oficial y a Kathleen le fue otorgada la distinción vitalicia de ‘Elegida de los Springboks’, lo que la convirtió en miembro oficial del equipo

En 1909 la familia Trick se trasladó a Neath, en Gales, donde había nacido el padre de Kathleen, pero la conexión con los Springboks continuó. En 1931 Kathleen, entonces de 30 años, y su marido John fueron invitados por el equipo sudafricano en gira a una cena en el Esplanade Hotel de Porthcawl, así como a los partidos que disputaron contra Aberavon y Neath, además del test frente a Gales. En esa ocasión, Kathleen vistió una de las características chaquetas verdes con ribetes dorados de los Springboks, ya de tamaño adulto. Una vez más, en 1961 de nuevo Kathleen y su marido fueron invitados a cenar con los Springboks pero, por desgracia, ambos estaban enfermos en aquella ocasión y no pudieron asistir.

Kathleen Trick, con la chaqueta de los Springboks, ya de adulta.

Tras la muerte de Kathleen en 1978, la equipación de Sudáfrica que había lucido en la célebre fiesta fue donada al London Welsh RFC, homenajeando así también a su padre como miembro del club. Las botas y el pequeño balón de rugby que la niña exhibía en las imágenes, sin embargo, se perdieron para siempre. El World Rugby Museum adquirió el cuadro en una subasta en 1999, después de que apareciera en una mudanza. Una vez completada su restauración, se exhibió en las galerías del museo durante más de una década, antes de enviarlo en préstamo a Ciudad del Cabo, para que la Niña Springbok pudiera ver Sudáfrica por primera vez. Hoy día vuelve a estar expuesto en el museo y, junto a las fotografías que se  han sumado en estas últimas semanas, permite a todos los aficionados al rugby conocer la singular historia de Kathleen Trick: la niña que fue Springbok.

Sobre el autor – Niamh Field es Collections Officer en el World Rugby Museum de Twickenham. Puedes seguir los artículos publicados por los historiadores del World Rugby Museum en el blog From the vaults; y visitar su página web, así como sus perfiles de Twitter e Instagram.