Takapuna es un barrio periférico de 5.000 habitantes, situado en la costa norte de Auckland. Uno de esos lugares que raramente aparece en los titulares y cuya relación con algo que pudiera parecerse a la fama se limitaba a la filmación de un vídeo clip de la estrella del country Shania Twain, en 2003. Pero eso ha cambiado estos últimos años gracias a un ex policía, reconvertido en entrenador de rugby. Y, ahora, seleccionador de una de las principales naciones de rugby en el mundo.

Wayne Jeffrey Pivac nació en Takapuna en septiembre de 1962. Su madre, Joan, es escocesa y el padre, George, croata venido al mundo en Split. Su relación con el rugby se forjó en su entorno próximo, primero en el Rosmini College y después, en época de bachillerato, en el Westlake Boys Highschool. Entre 1985 y 1987, ya en edad senior, Pivact disputó 24 partidos con North Harbour, alternando como segunda línea, flanker y número 8. Para entonces ya ejercía como oficial de Policía en Takapuna.

Pero su carrera en el deporte quedó abruptamente interrumpida cuando, a los 27 años, sufrió una lesión en los ligamentos de la rodilla mientras jugaba un partido de fútbol. Y, a partir de ese momento, sus pasos se encaminaron a la dirección técnica.

Debutó como entrenador en la misma Takapuna, después dirigió al segundo XV de North Harbour y más tarde a Northland, equipo con el que su trabajo empezó a destacar. Primero ganó la segunda división del campeonato provincial y ascendió a la máxima categoría. Después, ya enrolado en Auckland, levantó dos títulos de la NPC y la Ranfurly Shield entre 2002 y 2003. Ese año, Nueva Zelanda lo reconoció como el mejor entrenador del país.

A los 27 años, el policía Pivac vio cortada su trayectoria como jugador de rugby cuando se rompió la rodilla… en un partido de fútbol. Desde entonces se orientó hacia el banquillo: en 2003 fue elegido mejor entrenador de Nueva Zelanda y al año siguiente inició su carrera internacional dirigiendo a Fiyi

Esa trayectoria le abrió las puertas de la selección de Fiyi, a la que dirigió durante tres años, entre 2004 y 2007. Un periodo en el que se apuntó el Pacific Tri-Nations y en el que trabajó también en el grupo técnico que dirigió al seven de los Flying Fijians al título mundial de la disciplina en 2005. Sin embargo, en enero de 2007 Pivac adujo motivos familiares para regresar a su país, Nueva Zelanda, donde en los siguientes años dirigiría a North Harbour y Auckland.

Su futuro, sin embargo, iba a apuntar en pocos años hacia Scarlets y Gales, la selección cuyas riendas ha tomado ahora de manos de su compatriota, Warren Gatland, una vez finalizada la Copa del Mundo de Japón. Y con la que debutó el pasado sábado en la victoria de los nuevos Dragones post Gatland frente a los Barbarians (43-33).

Ha pasado apenas un mes del gran torneo global del rugby en la tierra del sol naciente y al otro lado del mundo, en Gales, Pivac arrancó con este partido en Cardiff una suerte de nuevo amanecer. Relevar a Gatland no es, pese a las diversas opiniones que el juego de Gales en los últimos años ha provocado, una tarea nada sencilla. «Voy a hacer todo lo posible por conservar el legado de Warren Gatland. Es un reto gigantesco, pero me siento más que preparado», dijo Pivac antes de su debut contra los Barbarians.

La lógica, a pesar de esas palabras, apunta a un cambio de estilo. Pivac ya levantó a un equipo de gran tradición, Scarlets, y lo convirtió en uno de los conjuntos con más chispa de Europa. Ahora tiene la intención de hacer algo parecido con los Dragones: «Crecí en un entorno en el que la victoria lo era todo, así que estoy acostumbrado a esa exigencia: haremos todo lo posible para emular lo que Warren ha logrado con Gales en lo que se refiere a los resultados… y al mismo tiempo trataremos de evolucionar el estilo de juego».

Pivac firmó un contrato de cuatro años con la WRU que, a pesar del reciente debut, arrancó en realidad el pasado mes de julio. Es el cuarto técnico neozelandés que dirige a los Dragones, después de Graham Henry (1998/2002), Steve Hansen (2002/2004) y el propio Gatland (2007/2019): «Llevo cuatro años viviendo en Gales, así que no me veo como un entrenador extranjero… sino como un técnico galés -subrayó Pivac-. Dirigir a la selección me parecía un desafío apasionante y, si no me hubiera visto capaz de acometerlo ni siquiera habría optado al puesto».

«Crecí en un entorno en el que la victoria lo era todo, así que estoy acostumbrado a esa exigencia: haremos todo lo posible para emular los resultados que Warren ha logrado con Gales… y al mismo tiempo trataremos de evolucionar el estilo de juego», dice Pivac

La incorporación con Gales culmina un año interesante para Pivac. Al mismo tiempo que los chicos de Gatland conquistaban en marzo el Grand Slam bajo la lluvia de Cardiff, Pivac contraía matrimonio con Mikaela allá en su casa, en las playas de Takapuna. El pasado sábado, apenas ocho meses más tarde, arrancó su andadura como técnico de un equipo en el que, pese a algunas ausencias notables, incluyó a 22 jugadores presentes en Japón y a cinco debutantes con la selección.

Y enfrente, por si fuera poco, estaba Warren Gatland como técnico de los Barbarians. Un círculo casi perfecto.

Johnny McNicholl, el último neozelandés debutante en Gales, anotó un ensayo ante los Barbarians.

El partido resultó entretenido, con un marcador alto y un ensayo cada siete minutos. Josh Adams siguió su envidiable ritmo anotador de este año con dos ensayos más… y Pivac lo probó como segundo centro, buscando una solución alternativa para la larga lesión de uno de los puntales del equipo, Jonathan Davies. Johnny McNicholl, otro dragón kiwi que se ha incorporado al equipo en esta nueva época, Gareth Davies y Ken Owens (2) completaron la cuenta de seis ensayos para los de rojo.

En los Barbarians, Josh Strauss, Curwin Bosch, Shaun Stevenson, Craig Millar y Peter Samu firmaron las marcas. Y el choque sirvió para despedir a dos talonadores clásicos de los últimos tiempos: el irlandés Rory Best y el sudafricano Schalk Brits.

El alegre choque con los Barbarians le ha servido a Pivac para ver a algunos jugadores que habrán de conformar el futuro a medio plazo de Gales y arrancar este nuevo periodo del equipo con su nuevo técnico al mando. Aunque su primera prueba de fuego la tendrá en el inminente próximo 6 Naciones, en realidad Pivac va a trabajar en la construcción de su equipo más a largo plazo… y con el mismo reto siempre actualizado: «Acabamos de arrancar un proceso que está orientado a la Copa del Mundo de 2023, pero obviamente tenemos que, mientras tanto, lograr éxitos también a lo largo de ese camino».