La temperatura en el oeste de Londres marcaba 3 grados bajo cero cuando los capitanes y entrenadores de las seis selecciones llegaron al conocido Hurlingham Club. Allí estaban también todos los medios de comunicación y también H, para asistir al primer acto del torneo de rugby más célebre del mundo: la presentación oficial del 6 Naciones 2019, patrocinado por Guinness.

Un acto protocolario que supone el arranque para esta reedición anual de viejas rivalidades, el clásico por antonomasia del rugby mundial. Y una gran ocasión para reunir a todos los capitanes y capitanas del 6 Naciones. Un grupo selecto en el que, en esta ocasión, dos nombres tenían un subrayado especial: Joe Schmidt, seleccionador de Irlanda, y Warren Gatland, su homólogo en Gales, van a vivir el último torneo como directores técnicos de sus respectivas selecciones.

Como sabrán todos aquellos que leyesen el número 2 de H, publicado el pasado mes de marzo y con un amplio dosier dedicado a este fabuloso torneo, el 6 Naciones es rugby pero mucho más que rugby. Un acontecimiento deportivo, social  y transnacional que ha modelado la memoria oval de millones de aficionados, tanto en los países participantes como en todo el mundo.

Pese al frío exterior, el ambiente dentro fue cálido. Propiciado por la camaradería de los protagonistas y por el surtido de producto que el nuevo y orgulloso patrocinador del torneo, la cervecera Guinness, dispuso para los asistentes. Desde el mediodía hubo pintas de cortesía para todos…

Desgraciadamente, la gran mayoría de nosotros estábamos en misión profesional y no pudimos recrearnos en la oscura oferta.

Warren Gatland y Eddie Jones habían compartido la noche anterior un curry. Y durante la jornada, todos los entrenadores se deshicieron en respetuosas declaraciones de aprecio de unos a otros. Esta vez no se vieron volar las granadas de mano verbales que han acompañado el evento en anteriores ocasiones.

Cada uno mira al torneo desde su particular perspectiva. Así, el técnico de Italia, Conor O’Shea, habló de la necesidad que su equipo tiene de ganar consistencia para competir: «La calidad de los jugadores está ahí, pero para nosotros es necesario generar y mantener un hábito de intensidad», subrayó.

En la trinchera galesa, su capitán Alun Wyn Jones advirtió de que la última campaña de Warren Gatland no va a variar ni un ápice la determinación de su equipo. Y lo hizo, como siempre, con su estilo directo: «No nos vamos a andar con pasteles y velitas… Esto se trata de trabajar, como siempre».

 

Muchos focos están puestos sobre el partido entre Irlanda e Inglaterra, en el primer fin de semana del torneo. Un choque que podría acabar resultando decisivo y ante el que Eddie Jones subrayó que su equipo tiene dos batallas que ganar: una en el aire y otra en el suelo. Mientras, su contraparte Joe Schmidt añadió: «Todos sabemos que Inglaterra, si no haces las cosas bien, puede marcar las diferencias».

Escocia, mientras, busca poner fin de una vez por todas a su pálido catálogo de resultados lejos de Edimburgo, la frontera que los separa de cotas mayores desde hace ya muchos años. Su técnico, Gregor Townsend, se mostró confiado en revertir esa dinámica en las dos salidas que tendrán que afrontar este año: nada menos que Twickenham y París.

Precisamente en ese lado Francia mira al torneo con una esperanzada incertidumbre. Saben que, en un buen día, siempre van a ser un equipo difícil de batir y capaz de ganar a cualquiera. Arrancarán el 6N contra Gales en París, el próximo viernes, y una victoria en ese primer choque podría ser el catalizador que los ponga en la pista de un buen torneo.

Al cabo, la reunión previa en Londres fue un día largo para jugadores, entrenadores y periodistas. Todos unidos para disfrutar, antes de que empiece el juego, de la anticipación y las emociones que procura este maravilloso festival de invierno del rugby que es el 6 Naciones.

[Foto: ©INPHO/Billy Stickland]