El Principality Stadium de Cardiff ha pasado a ser conocido, por desgracia, como “el pub más grande de Gales”. No hay duda de que el comportamiento de los aficionados en las gradas se ha deteriorado en los últimos años.

Uno mismo ha presenciado escenas verdaderamente desagradables desde la tribuna de prensa del estadio. Incidentes que antes constituían una rareza se están haciendo cada vez más habituales. Por ejemplo: un periodista se quedó sin su ordenador portátil por culpa de una pinta que le fue lanzada desde el graderío. A uno mismo le ocurrió algo parecido en Twickenham -precisamente en Twickenham- mientras escribía una crónica en la zona reservada a periodistas.

Entre el público en general, el asunto también ha provocado muchas incomodidades. Cada vez es más frecuente encontrarte con gente, aficionada al rugby, que ha decidido dejar de asistir a los partidos internacionales de Gales en Cardiff. Están hartos de tener que levantarse cada pocos minutos del asiento para dejar pasar a espectadores que vienen y van a los bares, mientras el partido está en marcha.

Para muchos de esos aficionados, que pagan un buen precio por asistir a este tipo de eventos, el rugby ha acabado por convertirse en una especie de cabaret secundario: algo así como el remate de un día en realidad dedicado a salir y beber.

Cada vez hay más gente que deja de ir al estadio, harta de tener que levantarse cada poco de sus asientos para dejar pasar a los aficionados que van a por cerveza al bar mientras el partido está en juego

En el Gales-Francia del ultimo 6 Naciones, en Cardiff, vi el partido sentado junto a una aficionada que se habría gastado no menos de 80 euros en su entrada. Se pasó el tiempo vaciando cervezas y mirando al suelo, para contar el número de botellas vacías que iba recolectando. Y no es una forma de hablar: la vi llevar a cabo un complejo proceso de cálculo con los dedos, con los que procedía a contabilizar, una a una, todas y cada una de las botellas que se había pimplado.

El problema es que la venta de bebidas alcohólicas es una de las grandes fuentes de ingresos para las federaciones en este tipo de acontecimientos. Así que no parece probable que se vayan a preocupar de los sufridos espectadores más de lo que se preocupan, por ejemplo, de los partidos del 6 Naciones que se juegan los viernes por la noche, y de los espectadores que tienen que ir y volver en los trenes de Aviva: la más letal combinación de factores conocida por la humanidad.

La Welsh Rugby Union cuenta a Guinness y Brains Brewery, dos cerveceras, entre sus patrocinadores principales. Así que la problemática que se ha generado con el alcohol en los partidos pone a los mandatarios del rugby galés en una situación bastante incómoda a la hora de buscar soluciones.

El Principality Stadium, con su característica cubierta: un estadio imponente con problemas de bebida.

Este mes de noviembre, después de recibir muchas quejas, la WRU se ha decidido a probar durante los partidos de la ventana otoñal el establecimiento de una zona libre de alcohol en las gradas del Principality Stadium. ¿Rugby sin cerveza? Puede sonar a exageración, pero es el desenlace lógico a una situación que lleva provocando incidentes desde hace ya algún tiempo.

Un espectador discapacitado denunció no hace mucho los insultos y el abuso verbal al que lo sometió un grupo de aficionados borrachos. En el último Gales-Nueva Zelanda, un vigilante del estadio fue agredido con un cabezazo.

Este tipo de incidentes han dejado de ser hechos aislados y obligan a una reacción.

Así que las autoridades van a monitorizar el resultado del ensayo de una grada abstemia implantado durante los tests de otoño. Además, la WRU recogerá las opiniones de todas aquellas personas que hayan ocupado estas zonas para ver cuál es su reacción a la experiencia y en qué medida puede ser efectiva.

Cada vez hay más voces que reclaman que se prohíba por completo la venta de alcohol en el campo desde 10 minutos antes del inicio del partido y hasta 10 minutos después de que termine

Ya desde el choque frente a Escocia, el primer encuentro de la ventana otoñal, el ambiente en las zonas aisladas fue más tranquilo que en el resto del campo, donde durante toda la tarde se mantuvo el habitual tránsito de espectadores a los bares… forzando a otros a levantarse de sus asientos.

La presión es cada vez mayor. Y cada vez más gente reclama que se prohíba por completo la venta de alcohol en el campo desde 10 minutos antes del comienzo del encuentro, hasta 10 minutos después de su finalización.

El inspector jefe de Policía de Cardiff, Mark Cleland, ya criticó el comportamiento violento de algunos aficionados la temporada pasada. Y advirtió de que tal vez la normativa debería ser revisada y endurecida, si esas manifestaciones agresivas no mejoraban.

Este es un asunto sensible. El rugby siempre ha mantenido una rica tradición relacionada con el consumo de cerveza, por parte de practicantes y aficionados… Siempre se ha bebido mucho, pero era raro que hubiese problemas; y, si se daban, enseguida eran sofocados por otros aficionados.

Ahora la cosa parece haber cambiado. Los 4.000 asientos sin alcohol del Principality Stadium podrían ser el inicio de un cambio radical en la tradición.