
Permítame antes de nada -estimado lector- que le salude como a un apreciado amigo (respetando todos los protocolos de seguridad), hace tiempo que no nos vemos y deseo que tanto usted como los suyos se encuentren sin excesiva novedad en estos momentos convulsos que nos ha tocado vivir.
Vengo a hablarle de rugby, de actualidad de rugby, del futuro cercano del rugby… Historia del tiempo presente, lo relativo al futuro son meras especulaciones (esto no es una novedad, aunque pueda parecerlo). El Día D llegará este año con una semana de retraso: se celebrará el 13 de junio (en lugar del ya muy manido día 6 del mismo mes).
El día 13 de junio de 2020 (si no hay ninguna novedad al respecto) se disputará en Dunedin el primer partido del Investec Super Rugby Aotearoa: Highlanders vs Chiefs. El primer partido de rugby de competición oficial que se va a jugar después del aplazamiento/suspensión de todos los torneos provocada por el COVID-19.
¿Qué es el Investec Super Rugby Aotearoa?
La respuesta es bastante simple: la versión doméstica neozelandesa del Super Rugby… Highlanders, Chiefs, Hurricanes, Crusaders y Blues en un torneo de 10 semanas de duración (8 partidos por franquicia a ida y vuelta en estadios vacíos) sin eliminatorias por el título.
¿Por qué es relevante el Super Rugby Aotearoa?
Hay varios motivos:
1) Será la única competición oficial de rugby que se esté disputando en el mundo.
2) Fondos de inversión, derechos de retransmisión, imagen de marca, mercadotecnia, aficionados… Un monopolio, una oportunidad única dentro de un calendario que destaca habitualmente por su saturación y competencia.
3) Nueva Zelanda es, a nivel de espectáculo, la NBA del rugby. El rugby del siglo XXI (entendido como entretenimiento de masas) mira hacia Nueva Zelanda y en la NZR hace tiempo que han entendido que de ahí tienen que proceder más ingresos económicos que los que actualmente se generan.
4) Tras la confirmación por parte de World Rugby del aplazamiento de los Test Matches de julio (interesante eufemismo para evitar hablar de la suspensión de los mismos), Nueva Zelanda tiene un horizonte de meses sin ninguna competencia real a nivel mediático (Australia será el siguiente país en volver a los torneos profesionales) en la difusión del rugby, ya que Europa se mueve en un escenario repleto de dudas sobre el momento en que se pueda reanudar la competión.
EPCR especula con que las finales de Champions/Challenge Cup se pudiesen disputar a mediados de octubre, el desenlace del 6 Naciones apuntaría hacia finales del mismo mes (lo cual entraría en conflicto directo con los intereses de los clubes). El escenario que -en este momento- plantean los expertos es de un rebrote otoñal del COVID-19 en Europa… Con lo cual estaría muy cercana una posible finalización del año sin rugby de máximo nivel en el viejo continente. Todo ello sin mencionar que ya se está hablando de un posible aplazamiento (el eufemismo de nuevo) de la gira de 2021 de los British & Irish Lions…
Tras el ‘aplazamiento’ de los ‘Test Matches’ de julio, Nueva Zelanda tiene un horizonte de meses sin competencia a nivel mediático: Australia será el siguiente país en volver y en Europa hay aún muchas dudas sobre el regreso a la competición
5) Cierre de filas. La NZR ha calibrado el valor de la oportunidad y las medidas -en lo deportivo- han sido inmediatas: regreso de Sam Whitelock a la disciplina de Crusaders (abandonando el año sabático japonés); fichaje de Nehe Milner-Skudder por Highlanders; rumores sobre el regreso a la competición en Nueva Zelanda de Kieran Read, Ben Smith y Julian Savea… Recuperar a todas las estrellas (presentes y pasadas) que sea posible para poder mostrar todo el potencial de jugadores y juego, en un contexto excepcional, a un público global. Hay algo más: el Super Rugby Aotearoa tiene su última fecha el 15/16 de agosto y en Nueva Zelanda han planificado el comienzo de la Mitre 10 Cup (liga provincial) el día 11 de septiembre…
¿Se imaginan ver a todas las estrellas de los All Blacks disputando la competición provincial y teniendo como rivales a muchos de los que un mes antes eran sus compañeros en las franquicias del Super Rugby Aotearoa?
Hagamos una prueba de contraste: mientras en Nueva Zelanda confirman el regreso de varias de sus estrellas, en Sudáfrica se han conocido -en los últimos días- las salidas del país de Malcolm Marx (Lions) y Pieter-Steph du Toit (Stormers) debido a las medidas de ahorro provocadas por el Covid-19. Recordemos también -por si fuera necesario- que se trata de dos piezas fundamentales en los Springboks que lograron el título de campeones en el Mundial de Japón 2019. El mismo ejemplo es aplicable en el caso australiano: Pocock, Leali’ifano, Foley, Genia, Cooper, Beale… Todos ellos han abandonado sus franquicias de Super Rugby para emigrar a Japón y/o Europa en busca de un retiro dorado y económicamente más rentable. El contraste resulta muy destacado.
¿Se imaginan un escenario en el cual las competiciones neozelandesas fuesen las únicas -relevantes a nivel global- que se disputasen en los últimos seis meses de 2020?
En Nueva Zelanda sí que se lo imaginan y han puesto todo lo que está en sus manos para que se convierta en una realidad. Podríamos estar asistiendo al equivalente en rugby de aquello que Francis Fukuyama bautizó como «el fin de la historia».
Es posible que el posmodernismo rugbístico haya llegado sin avisar.
Meras especulaciones, estimado lector.