
Existe una tendencia consolidada en el deporte profesional, no solo en el rugby, a sacar conclusiones y trazar paralelismos cuando dos competiciones se encuentran cercanas en el tiempo. Es habitual que, en nuestra cabeza, los resultados de Wimbledon nos lleven a imaginar un posible final alternativo del US Open cuando, en realidad, los dos torneos tienen pocas cosas en común. Que Federer perdiera la final de Londres no quiere decir que vaya a perder la de Nueva York, pero tampoco que la vaya a ganar.
Para el lector que nos sigue será fácil reconocer el símil que intentamos dibujar. Este año el Rugby Championship tiene un formato reducido debido al Mundial que comenzará en septiembre en Japón. Por ello, el contexto y la utilidad de los partidos es diferente al de otras temporadas ya que, a pesar de ser una competición oficial, los entrenadores aprovechan para realizar diferentes probaturas. Debutan jugadores, otros descansan con la mirada puesta en el medio plazo y, en definitiva, el torneo se convierte en un cúmulo de incertidumbres que trataremos de desglosar de la manera más acertada posible.
Argentina
El equipo de Ledesma llega al Rugby Championship en un buen estado de forma y de ánimo. No nos hemos cansado de repetir a lo largo del tiempo que Jaguares y Pumas no son el mismo equipo. Sin embargo, tampoco podemos obviar que la mayoría del combinado nacional juega el Super Rugby en la franquicia con sede en Buenos Aires. Como ya sabemos, el equipo entrenado por Gonzalo Quesada perdió la final ante Crusaders, en lo que, sin duda, ha sido uno de los mayores hitos de la historia del rugby argentino. El estado de confianza de la mayoría de los jugadores es bastante alto, y a buen seguro Ledesma tratará de aprovecharlo para llegar al objetivo principal (septiembre, Japón, por si alguien tenía alguna duda) con la moral por las nubes.
A día de hoy hablar de las certezas de los equipos del hemisferio sur es muy fácil. El Super Rugby acaba de terminar, y la mayoría de sus jugadores vienen de jugar partidos con asiduidad. Por ello, no vengo a decir que el rendimiento de Petti o Matera va a ser clave en los Pumas, eso ya lo sabemos. Sin embargo, ¿cuáles son las principales dudas del equipo argentino?
En la delantera, probablemente su eslabón más débil sean los pilares. En este sentido, la mejor noticia para los argentinos es la convocatoria de Figallo, que llega desde Saracens para echar una mano en el sector diestro del scrum. Por otro lado, la irrupción de Vivas como pilar izquierdo supone un soplo de aire fresco de cara al futuro. El otro gran interrogante de la delantera argentina es Facundo Isa y su papel dentro del equipo. El jugador nacido en Santiago del Estero siempre ha jugado a un gran nivel con los Pumas pero, por otra parte, la confianza en Ortega Desio es total dentro del cuerpo técnico argentino, y con razón. A pesar de que su juego es menos espectacular, es un delantero más equilibrado, y el segundo saltador en el line’después de Petti. De lo que no cabe ninguna duda es de que Ledesma tiene bien cubierto el cierre de la melé.
En la línea, sorprende de forma relativa la ausencia de Bertranou. Y digo que sorprende de forma relativa porque el jugador mendocino ha estado lesionado durante gran parte de la temporada. No obstante, desde que Ledesma llegó al cargo de entrenador nacional siempre había sido su principal medio de melé. En cualquier caso, la posición está más que cubierta gracias al excelente nivel mostrado por un Cubelli que vive su momento más álgido.
En los alas, el baile de nombres parece claro, y seguro que veremos muchas rotaciones. Lo más destacable en esta posición es la vuelta de Cordero y la de un Manuel Montero al que se le había perdido la pista en el rugby internacional.
Por último, conviene hablar brevemente de la posición de zaguero. No porque Argentina no tenga jugadores de nivel en esa posición, sino porque ni Boffelli ni Tuculet llegan en su mejor momento. El primero no ha jugado su mejor temporada en Jaguares, a pesar del éxito final, y el segundo ha participado en menos de la mitad de los partidos. El Rugby Championship puede ser un buen escenario para que ambos se reivindiquen.
Australia
Las aguas no bajan tranquilas en Australia, para variar. A todo el lío del caso Folau hay que añadir unas dudas cada vez mayores en la capacidad de Michael Cheika para liderar su proyecto. A pesar de la relativa importancia que tiene el Rugby Championship este año, un buen resultado puede calmar la situación, al menos hasta que el balón vuelva a estar en juego cuando Australia y Fiji se enfrenten el 21 de septiembre en Sapporo. Respecto a las actuaciones de las franquicias en el Super Rugby, no han sido tan pobres como el curso pasado, pero el resultado está lejos de ser satisfactorio. Brumbies llegaron a las semifinales, pero no comparecieron en Buenos Aires; Rebels fue tan Rebels como siempre, y a pesar de su buen inicio de temporada, se desinflaron al final para no entrar en playoff; la temporada de Waratahs ha sido directamente mala, lo que le ha costado el puesto a Daryl Gibson; y Reds sigue inmerso en el proceso de reconstrucción liderado por Brad Thorn.
La posición que mayores quebraderos de cabeza ha provocado a Cheika desde que cogiera el cargo en 2014 es la de cierre del scrum. El uso habitual de dos flankers pequeños como Hooper y Pocock ha requerido de un especialista que aportara cosas distintas: un mayor poderío físico, ser un activo positivo en la touche o ayudar a la segunda y primera línea en la limpieza de los rucks.
Sin embargo, la estructura del rugby australiano no ha sido capaz de dotar al combinado nacional de un jugador de esas características. Samu o Timu lo han intentado en los últimos años, pero esa no es su posición natural. En este contexto ha emergido la figura de Isi Naisirani, quien desde que debutara en el Super Rugby en 2017 con Western Force ha pasado también por Brumbies y Rebels, hasta que este año el técnico de Sidney le ha llamado para debutar. Será interesante ver, por fin, a Australia jugar con un cierre puro que libere de trabajo sucio a Hooper y que equilibre la tercera línea. Sus características son las adecuadas, a lo largo de las próximas semanas veremos si su nivel también lo es.
Si hablamos de las incertidumbres en la línea australiana no podemos evitar citar el caso de Israel Folau, y no porque sea más o menos polémico y complicado, sino porque el de Nueva Gales del Sur deja en el equipo un hueco muy difícil de cubrir. No exageramos si decimos que el zaguero es uno de los tres mejores del mundo en su posición, y que nadie tiene sus destrezas en el juego aéreo. Por eso, desde un punto de vista plenamente deportivo, es una lástima que Australia haya decidido prescindir de sus servicios. El principal señalado para cubrir esa posición es un Tom Banks que ha realizado una magnífica campaña con Brumbies. El de Brisbane se ha vestido ya en tres ocasiones de wallaby, por lo que tampoco es ningún novato. Además, en caso de que la presión o las expectativas pudieran con él, la posición está bien cubierta con alternativas como Haylett-Petty, Maddocks, Hodge o Beale.
Nueva Zelanda
¿Qué podemos decir a estas alturas de los All Blacks? Parece bastante claro que los de Hansen no se van a tomar el Rugby Championship tan en serio como en otros años, y aún así cuesta no ponerles la etiqueta de favoritos. A pesar de las múltiples marchas (en todos los estamentos de la organización) anunciadas para después del Mundial, la selección neozelandesa se encuentra como un barco en un día de calma chicha. Parece que nada altera el plan trazado, y que ningún obstáculo es suficientemente importante.
En el Super Rugby todo ha funcionado de la misma manera que siempre: Crusaders han ganado el título y Hurricanes ha hecho una gran temporada. Highlanders y Chiefs se han batido el cobre y han conseguido llegar a playoffs después de una magnífica recta final de la temporada regular. ¿Y Blues? Pues el equipo de Auckland nos ha divertido muchísimo, como todos los años.
En el último número de H que acabamos de publicar ya analizamos los principales puntos fuertes y débiles de los All Blacks de cara al Mundial, por lo que procuraremos no repetirnos demasiado.
En la delantera tenemos unas ganas enormes de ver de lo que es capaz Luke Jacobson. El jugador de Chiefs debutará contra Argentina después de una temporada en la que ha adquirido una nueva dimensión en el nuevo equipo de Warren Gatland. La baja durante parte del curso de Sam Cane ha hecho que el jugador de Waikato haya tomado una ascendencia en el juego y en el grupo que ya tuvo cuando capitaneó a la selección sub-20 de su país, que deslumbró en el Mundial de Georgia en 2017. Otro que también estaba en ese equipo es Aumua. A pesar de que esta ha sido la temporada en la que más protagonismo ha tenido en Hurricanes, el inclasificable talonador parece que todavía tiene a Taylor, Coles y Coltman por delante. No tiene pinta de que le vayamos a ver debutar de negro todavía.
También veremos unos cuantos debuts en la línea. Ante la baja definitiva de McKenzie hasta después del Mundial, Josh Ioane ha cogido su testigo como tercer apertura detrás de Barrett y Mo’unga. Parece que después de su magnífica temporada, Braydon Ennor ha irrumpido con fuerza en los planes de Hansen, y el hecho de que sea un comodín tanto para las posiciones de centro como de ala seguro que juega a su favor.
Sin embargo, el jugador que más va a llamar la atención de todos los que se vestirán la camiseta de los ‘All Blacks’ por primera vez en este Rugby Championship será Sevu Reece. El fiyiano estuvo a punto de abandonar Nueva Zelanda por Connacht al principio de la temporada, pero un episodio de violencia de género hizo que el equipo irlandés se echara para atrás en su contratación, lo que fue aprovechado por Scott Robertson, quien le dio la oportunidad en Crusaders.
En su primera temporada en la élite ha estado cerca de romper el récord de más ensayos en una sola temporada de Ben Lam, y se ha destapado como un finalizador implacable. En el contexto de la selección, cuesta imaginar a Reece con un rol protagonista. Ya conocemos la tendencia de Hansen a jugar con dos alas de estilos muy diferentes; un finalizador por un lado y un ala más cerebral y táctico por el otro. Por desgracia para el jugador fiyiano, parece que Rieko Ioane es inamovible en los partidos importantes, por lo que sus opciones de juego se reducen. Sin embargo, el Rugby Championship puede ser un buen escenario desde donde pedir de forma activa un puesto en la expedición mundialista.
Sudáfrica
En los últimos tiempos nunca es fácil tratar de adivinar lo que ocurrirá con Sudáfrica. Rassie Erasmus y la cuota racial se unen para sembrar un cúmulo de dudas alrededor del equipo nacional, que no tienen por qué ser nocivas, ojo. En el Super Rugby, la conferencia sudafricana se ha convertido en una batalla campal de la que el principal beneficiado ha sido Jaguares. Bulls, Sharks, Lions y Stormers han tenido unos resultados muy parecidos y, sin embargo, sólo los de Pretoria y los de Durban han podido acceder a la fase final. Es un momento clave para el rugby sudafricano. Después del Mundial se producirá la que, se espera, sea la última desbandada de jugadores hacia el hemisferio norte. La unificación de contratos pretende ser un acicate para que las mejores promesas no emigren y se queden a competir en el país.
No es fácil adivinar una posición que genere dudas en la delantera sudafricana. Puede parecer un tópico, pero es la verdad. El nivel es muy parejo en todos los puestos, y en general es bastante alto. Parece que Erasmus va a utilizar el Rugby Championship como un banco de pruebas, y que jugadores como Elstadt, Gqoboka, Orie o Smith van a tener oportunidades de juego. Sin embargo, si no median lesiones de por medio, los jugadores que ocuparán las posiciones titulares están bastante claros.
Merece una mención especial la segunda línea, que con jugadores como Etzebeth, de Jager, Mostert o Snyman, es probablemente la más fuerte de toda la delantera. Si tuviera que citar una posición que me genere más incertidumbre que otras, diría que en el puesto de talonador Marx no tiene una competencia clara y directa. Brits es un jugador de una enorme calidad, pero tiene 38 años y, además, sus características no se adecuan a lo que Erasmus demanda de la primera línea. Por otro lado, Mbonambi no deja de ser un jugador adecuado para el Super Rugby, pero que no iguala el nivel del talonador de Lions en la selección nacional. Si Marx se lesiona o tiene un bache de juego, los Springboks pueden sufrir ante sus rivales directos.
En la línea de tres cuartos, no cabe duda de que la posición más débil del equipo es la de los alas. En los últimos años se han ido turnando una gran cantidad de jugadores en esa demarcación y, aunque parece que Nkosi y Dyantyi se han hecho con el puesto, sus actuaciones no terminan de ser del todo convincentes. Que Erasmus haya tenido que llamar a Leyds y Mapimpi para completar la convocatoria no habla demasiado bien del nivel de los jugadores sudafricanos en esa posición.
Si a esto le añadimos que Dyantyi se perderá parte del torneo por lesión, el objetivo a atacar por parte de los demás equipos parece bastante claro. Por suerte para Sudáfrica, todavía pueden contar con el menudo Kolbe, quien ha cuajado una magnífica temporada en Toulouse. Su polivalencia le puede llevar a ocupar también la posición de zaguero pero, con le Roux y Gelant en esa demarcación, no creo que le veamos mucho por ahí.
En definitiva, nos vamos a divertir con este Rugby Championship. Veremos debuts y jugadores no muy habituales, y seguro que algún que otro resultado sorprendente también. Sin embargo, el que intente sacar conclusiones definitivas de cara al Mundial, se equivoca.