
Antes de empezar, hagamos una recapitulación sobre el tema de las lesiones craneales o conmociones cerebrales en el último año:
- En el mundo del rugby creció la certeza de que existe un problema real con los traumatismos craneales y las conmociones cerebrales, y que esto está causando un impacto profundo en la salud física y mental de los jugadores, en muchos casos de por vida.
- A partir de ahí, World Rugby ha llevado a cabo estudios que le han permitido llegar a una conclusión sobre cómo luchar contra los placajes peligrosos y publicar unas pautas de choques aceptables.
- Al principio los jugadores se resistieron a estos cambios, y el ala dura se quejó de que el rugby se estaba ablandando, con una postura inflexible, convencidos de que los traumatismos no eran ni tantos ni tan graves.
- Los árbitros y los comités disciplinarios empezaron a aplicar de forma sensata y consistente las pautas sobre placajes altos.
- En el momento en el que empezaron los Tests Internacionales de otoño en 2018, por lo visto todos decidieron tirar por la borda las normas ya establecidas durante el año y medio anterior.
World Rugby hizo oficiales las últimas directrices sobre placajes altos en diciembre de 2016, a la vez que anunciaba con arrogancia su firme compromiso de evitar lesiones, mediante una política de “tolerancia cero ante contactos accidentales o temerarios en la cabeza”.
Tengamos en mente esta declaración y mientras, a continuación, repasaremos ejemplos de los partidos de este mismo otoño.
Durante el pasado mes de noviembre hemos sido testigos de un cambio radical en las decisiones arbitrales, y no solo en lo que se refiere a los placajes altos; a la hora de juzgar los placajes en el aire, de recurrir al TMO o incluso en el caso de faltas antideportivas, los cuerpos arbitrales y disciplinarios han sido mucho más complacientes en los tests de otoño de lo que lo habían sido sólo unas pocas semanas antes, en las ligas domésticas.
Pasemos a ver los incidentes más llamativos en estas cuatro semanas de tests internacionales.
Placaje de Owen Farrell (Inglaterra vs. Sudáfrica)
En el último minuto de un partido en el que un golpe de castigo le habría dado a Sudáfrica la oportunidad de ganar, nos encontramos con este placaje. El árbitro Angus Gardner pidió el TMO pero juzgó que Farrell solo había intentado doblar el brazo.
Si este caso se hubiera dado en un partido cualquiera en las ligas domésticas durante el mes de octubre, antes de la ventana de otoño, Farrell habría sido castigado con un golpe en su contra y probablemente con una tarjeta amarilla.
Como nota interesante, señalemos que en las directrices de World Rugby sobre placajes ilegales se incluye un ejemplo muy similar a lo que hizo Farrell en este caso.
Choque de Samu Kerevi con Leigh Halfpenny (Gales vs. Australia)
En teoría, Kerevi quería hacerse con el balón mientras Halfpenny intentaba despejarlo de una patada. Sin embargo, además de entrar al contacto increíblemente tarde, el hombro de Kerevi golpeó de forma directa la cabeza de Halfpenny.
El árbitro Ben O’Keefe no pidió asistencia al TMO ya que, como explicó al capitán galés, consideró que el choque no había sido intencionado.
Ben O’Keefe said it [Kerevi’s challenge] on Halfpenny wasn’t a «deliberate act of foul play».
Acts haven’t had to be deliberate to warrant a red card for a few years now; a reckless challenge can be enough to warrant a red. #WALvAUS pic.twitter.com/zd1buj9fhg
— rugby (@theblitzdefence) 10 de noviembre de 2018
Tal vez O’Keefe no solicitó el TMO porque se sentía presionado por una reciente declaración de la World Rugby proclive a reducir el tiempo usado en las consultas al árbitro de vídeo. Sin embargo, se trataba de un momento crucial en una jugada clave en el partido: o sea, exactamente el tipo de situación para la que se creó el TMO.
Para añadir otro elemento de confusión, la declaración de O’Keefe de que el choque no había sido intencionado es irrelevante, ya que según World Rugby se deben castigar los comportamientos temerarios con una tarjeta roja.
Antes de los tests de otoño, este comportamiento le habría costado una tarjeta roja a Kerevi por contacto directo con fuerza a la cabeza. Es más, dos semanas después Halfpenny aún sufría las consecuencias del golpe.
Golpe alto con el brazo de Alun-Wyn Jones a Bernard Foley (Gales vs. Australia)
Jones levantó el brazo al entrar al contacto y golpeó al placador entre la zona alta del pecho y cuello. No se solicitó TMO y Jones no fue citado tras el partido.
Deberíamos comparar este incidente con uno muy similar en los tests femeninos. La estadounidense Megan Rom se llevó una tarjeta roja y fue sancionada con tres partidos sin jugar. No hay una gran diferencia entre lo que hace Jones y esta segunda jugada.
Antes de los tests de Otoño, Jones se habría llevado una tarjeta amarilla segura, ya que su acción es más un empujón que un golpe, aunque es verdad que se dirige a la zona alta del pecho y el cuello. En caso de ser considerado un golpe con fuerza se le habría penalizado con una roja.
Dan Faleafa le clava el hombro a Aaron Wainwright (Gales vs. Tonga)
El ala tongano ignora el balón e hinca el codo primero en el pecho y luego en la cabeza del galés Wainwright. Faleafa no fue citado tras el partido y su acción sólo se sancionó con un golpe de castigo durante el partido. Antes de esta ventana de otoño, esto habría sido penado con una tarjeta roja.
Do you mean this hit on Wainwright? pic.twitter.com/NkwZmtsgIx
— rugby (@theblitzdefence) 18 de noviembre de 2018
Placaje alto de Lauret a Kolbe (Francia vs. Sudáfrica)
El árbitro Nigel Owens se equivocó de lleno esta vez. En lugar de conceder un golpe de castigo a Sudáfrica y penalizar a Lauret con una tarjeta amarilla por el golpe en la cabeza a un rival, Owens vio un avant de Sudáfrica.
En este caso sí se pidió el TMO, pero tanto éste como el árbitro decidieron que no había placaje alto. Antes de este otoño, esta jugada habría supuesto tarjeta amarilla y golpe de castigo a favor de Sudáfrica.
Cabezazo de Siya Kolisi a Peter Horne (Escocia contra Sudáfrica)
Otro gran ejemplo de la tolerancia cero ante los golpes en la cabeza. En este incidente, Peter Horne había bloqueado en el suelo al capitán sudafricano, que contestó con un cabezazo hacia atrás, golpeando a Horne en la cabeza.
El árbitro de televisión consultado decidió que no merecía la tarjeta roja por dos factores: el jugador estaba sujeto por Horne en ese momento y el golpe no fue muy fuerte. Antes de los tests, habrían penalizado a Kolisi con una tarjeta roja.
Siya Kolisi has received a Citing Commissioner warning for this incident v Scotland.
The Commissioner determined that it wasn’t a red card offence due to mitigating factors – the player was being held and the «moderate force of the strike to the side of the head» pic.twitter.com/pk4ehcja2z
— rugby (@theblitzdefence) 19 de noviembre de 2018
El manotazo antideportivo desde el suelo de Sam Whitelock (Irlanda vs. Nueva Zelanda)
Desde que la tarjeta amarilla hizo su aparición en el rugby, los comportamientos antideportivos siempre han sido sancionados con cartulina. O así era hasta este otoño, cuando Whitelock se libró de la sanción a pesar de cometer una infracción considerada antideportiva: manotear un balón que intentaba jugar el talonador de Irlanda, Rory Best, desde el suelo. Antes de este mes de noviembre, el segunda neozelandés habría visto tarjeta, sin ninguna duda.
Just a penalty says Barnes.#IREvNZL pic.twitter.com/GoK9MjMQ6T
— rugby (@theblitzdefence) 17 de noviembre de 2018
Sam Whitelock ‘limpia’ a Cian Healy (Irlanda vs. Nueva Zelanda)
A los pocos minutos de empezar el partido, en un ataque de Nueva Zelanda, Healy se quedó en el lado equivocado del ruck y recibió de Sam Whitelock, al limpiarlo, lo que pareció un golpe con el hombro en la zona de la cabeza o del cuello.
El árbitro Wayne Barnes vio el choque, pero inmediatamente declaró: “el ruckeo es legal”. Whitelock no fue siquiera advertido. Antes de otoño, este choque le habría valido una tarjeta roja.
Choque en el aire de Rob Kearney
También en el Irlanda-Nueva Zelanda, Kearney tuvo suerte de que se le sancionara sólo con un golpe de castigo, a la vista de su estrepitoso choque con Rieko Ioane.
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Vemos este tipo de choque en el aire bastante a menudo, cuando dos jugadores intentan hacerse con el balón pero el receptor salta antes y más alto que el jugador del equipo que patea. De cualquier modo, el jugador que placa siempre es penalizado con una tarjeta amarilla o roja si el placado aterriza sobre sus hombros o cabeza.
Fue interesante ver cómo en Twitter mucha gente felicitaba a Wayne Barnes por la solidez de su arbitraje. Si un arbitraje sólido significa tomar las decisiones correctas en las jugadas más controvertidas, Barnes se quedó muy corto.
Now it’s Ireland’s turn to receive a lenient decision from Barnes.
Kearney isn’t in a position to catch the ball and Ioane lands on his back/shoulders.
It is a minimum of a yellow card.#IREvNZL pic.twitter.com/cPbB4ligAS
— rugby (@theblitzdefence) 17 de noviembre de 2018
Placaje alto de Fraser Brown (Escocia vs. Argentina)
El neozelandés Paul Williams no advirtió el gesto de Fraser Brown, que arma el brazo una vez que ha iniciado el gesto de placaje, con el fin de contactar con la cabeza de su rival.
Es cierto que el portador del balón estaba cayendo, pero en todo caso eso solo supondría una tarjeta amarilla en vez de una roja, al no haber golpe directo a la cabeza con fuerza. En cualquier caso, si este partido no se hubiera jugado durante los tests de otoño, la penalización habría sido más severa que un mero golpe de castigo.
El placaje sin brazos de Owen Farrell a Izack Rodda (Inglaterra vs. Australia)
El famoso estilo de placaje sin brazos de Farrell volvió a ser noticia al evitar un ensayo de Australia. Mientras el enorme segundo línea australiano cargaba, Farrel no consiguió usar sus brazos a tiempo y saltó frente a Rodda.
No fue un placaje especialmente peligroso, pero en cualquier caso fue ilegal, y teniendo en cuenta dónde ocurrió, debería haber llevado a un golpe de castigo. No es la primera vez que Jaco Peyper se muestra reticente al penalizar en un gran partido pasando antideportivas como placajes legales. Antes de los Tests de otoño habría supuesto un golpe de castigo.
El placaje ‘catedral’ de Rodda a Daly (Inglaterra vs. Australia)
Daly recibe la pelota y Rodda lo placaja, levantándolo en vilo y dejándolo caer sobre lo que parece ser su espalda, si no sobre sus hombros. Una vez más, Jaco Peyper se guardó las tarjetas y sólo señaló un golpe de castigo. Antes de este otoño, Rodda se habría llevado una tarjeta amarilla.
Conclusión
Entonces, después de catalogar todos estos casos… ¿qué va a ocurrir a partir de ahora?
Quién sabe. Tenemos que asumir que no es ninguna coincidencia que, durante las semanas de partidos internacionales de noviembre, tantos incidentes se hayan tratado de una forma más complaciente de como lo habrían sido en octubre.
Sabemos que esta nueva política arbitral ha confundido a seguidores y jugadores por igual, añadiendo incertidumbre sobre la manera en la que se aplican las nuevas leyes. Y, además, ha perjudicado la campaña para hacer del rugby un deporte más seguro a todos los niveles.
¿Veremos una vuelta a la “normalidad” cuando vuelva el rugby doméstico, o lo que ha pasado en los partidos internacionales va a suponer una nueva línea de actuación? Brett Gosper ha sugerido que debería haber habido un mayor número de tarjetas, pero… ¿por qué se ha producido esta incongruencia entre el CEO de World Rugby y los árbitros de élite en el campo?