
En un contexto en el que los All Blacks dominan el rugby mundial, no deja de sorprender su capacidad de regeneración y la facilidad con la que encuentran soluciones a problemas ocasionales. Es normal que en un país de cuatro millones de habitantes a veces falte fondo de armario para una determinada posición. Cuando esto ocurre, el engrasado engranaje de la federación neozelandesa se pone a funcionar para surtir de soluciones a ese fin mayor que es la selección absoluta masculina. Federación, entrenadores y franquicias se ponen de acuerdo para tapar las posibles vías de agua, cambiando algunas piezas de sitio sin alterar el orden que rige por encima de todo.
Así, ante la próxima marcha a Wasps de Sopoaga y el overbooking que hay en la posición de zaguero, Damian McKenzie ha comenzado a jugar como apertura para los Chiefs. Otra posición en la que faltan efectivos es la de centro, por lo que Tana Umaga ha alineado en esa posición a Rieko Ioane en los tres últimos partidos de los Blues. Sólo el tiempo dirá si se trata de soluciones con continuidad; de lo que no hay duda es que en el país del helecho no tienen miedo a hacer probaturas arriesgadas, aunque detrás de ellas siempre haya planteamientos lógicos y con sentido.
En la vecina Australia, las cosas nunca son tan fáciles. El poder de la federación no es tan grande, por lo que el entendimiento entre los diferentes estamentos que la forman es más difícil. Por ello, los cambios tácticos que se llevan a cabo en las franquicias no siempre responden a las necesidades del equipo de Michael Cheika. Es el caso del cambio de posición al ala de Israel Folau en Waratahs, utilizado para aprovechar mejor el juego aéreo, un tipo de juego que fue vetado cuando Cheika era entrenador del equipo de Sydney. En este artículo analizaré el cambio de posición de tres jugadores en dos contextos muy distintos, pero que sirven para explicar (en parte) el estado actual del rugby en el hemisferio sur.
La sonrisa de Invercargill
Damian McKenzie tiene 22 años, pero ya ha superado las 50 apariciones con Chiefs y tiene 12 caps con su selección. En 2017 aprovechó el descanso que se tomó Ben Smith y las lesiones de Israel Dagg y Jordie Barrett para asentarse con los All Blacks. Sin embargo, la recuperación para la causa de (al menos) dos de ellos, unido al crecimiento de David Havili y la diferencia de estilo entre el juego de Damian y el de la selección kiwi, hace que probarle como apertura no sea, a priori, mala idea.
El planteamiento se defiende desde dos ideas básicas: la falta de alternativas sólidas a Beauden Barrett en el puesto de apertura, y el hecho de que el jugador más talentoso de los Chiefs entre más en contacto con el balón que cuando juega de zaguero. En principio puede parecer una decisión arriesgada, y lo es. McKenzie es un jugador brillante, pero puede resultar bastante anárquico en sus decisiones, lo que se maximiza si juega de 10. Sin embargo, lo compensa mediante su calidad, tanto en el pase como en sus líneas de carrera.
Estos dos factores, unidos a un juego con el pie más irregular, son sus principales armas ofensivas. En cuanto al pase, es capaz de realizar envíos muy precisos incluso cuando se encuentra ante una presión defensiva asfixiante. Su recurso más interesante es el salto, el cual utiliza mucho para asistir. En esta captura, podemos ver cómo Damian recibe el balón sin presión defensiva. Tiene dos compañeros a los que puede pasar en corto y que absorben a todos los defensores de Sunwolves, y pegado a la banda tiene a Toni Pulu libre de marca; por lo que decide realizar un salto mediante un pase muy plano que deja solo a Pulu en línea de 22 para que, con un pase interior, devuelva el balón a McKenzie y éste materialice el ensayo.
El pase en contacto también es realmente destacable en McKenzie, lo que es bastante llamativo debido al pequeño tamaño del jugador de Chiefs. Por este factor, los rivales intentan placarle arriba, bien para lograr un placaje vencedor o para provocar una pérdida de balón, pero él se revuelve muy bien en esas situaciones, y suele dejar el balón con vida. Otro rasgo característico son sus carreras laterales en busca del espacio. Cuando juega como apertura tiene menos espacio para correr con el balón y, por lo tanto, menos tiempo para pensar y atacar el hueco, pero aún así es una jugada que sigue utilizando en su nueva posición.
Este cambio posicional, al igual que veremos más adelante en el caso de Israel Folau, busca también cubrir o esconder las carencias defensivas de McKenzie. El puesto de zaguero está más expuesto a la defensa individual, y en ocasiones es necesario resultar expeditivo para hacer un placaje decisivo. En el puesto de apertura, a pesar de ser objetivo de las ofensivas de los delanteros y los centros rivales, está más acompañado tanto por sus terceras líneas (qué decir de Sam Cane) como por sus centros. Además, Colin Cooper ha ideado una estrategia para evitar que McKenzie se vea tan involucrado en tareas defensivas: en muchos set piece los dos centros se desplazan a su posición, y él se sitúa entre el segundo centro y el ala más alejado, desplazando el punto más débil de la defensa de los principales puntos de impacto.
En la captura de arriba vemos cómo, tras un line-out, los Sunwolves van a realizar un primer golpeo en la zona en la que originalmente se debería situar el apertura. En teoría debe ser un golpeo ganador, pues enfrenta a algún delantero que no haya formado parte de la fase estática o a uno de los centros con el 10, uno de los jugadores con un físico más débil. Sin embargo, vemos cómo en este caso esa posición está bien cubierta por la tercera línea de los Chiefs, y McKenzie se encuentra a resguardo en una posición más alejada. Por las características del jugador y las de sus compañeros, este es uno de los cambios de posición con más sentido de los que vamos a tratar. Al siguiente, sin embargo, no le vemos demasiado recorrido, al menos a corto plazo.
The Bus 2.0
Rieko Ioane, el que (seguramente) fue el mejor ala de 2017 con sólo 20 años, ha comenzado la nueva temporada de Super Rugby de forma bastante discreta, al contrario que su hermano. El contexto en el que se encuentra su equipo, unido al cambio de posición al centro. ha hecho que su rendimiento hasta ahora no haya sido demasiado destacado. Aun así, ha materializado cuatro ensayos en cinco partidos, lo que da buena muestra de la categoría y el potencial de este jugador.
Rieko ha formado pareja con Sonny Bill Williams y con George Moala en el centro de los Blues. Con el primero ha jugado con el 13, mientras que con el segundo jugó con el 12 por primera vez esta temporada. A priori, la pareja que forma con Williams tiene bastante sentido, ya que este es un experto creando espacios mediante la atracción de defensores y utilizando el offload, y el joven jugador de los Blues es muy capaz de aprovecharlos gracias a su velocidad y su potencia. De todas formas, de momento esta teoría no se ha materializado más que en momentos puntuales, ya que parece que todavía no existe gran química entre estos dos jugadores.
En ocasiones las carreras de Rieko son demasiado paralelas a las que hace Williams con el balón, lo que le inhabilita para el pase. Por otra parte, el hecho de ser uno de los principales referentes ofensivos del equipo hace que los rivales estén muy pendientes de él, por lo que también puede actuar como cebo a través de líneas de carrera falsas que permitan la transmisión del balón por su espalda hasta llegar al ala. Sin embargo, una vez llegados a esta zona del campo, la nueva posición de Rieko ha hecho que los Blues hayan perdido determinación y finalización en los flancos.
A día de hoy, entre Matt Duffie, Melani Nanai y Jordan Trainor sólo llevan cinco puntos en toda la competición, lo que evidencia la dependencia que tiene el equipo del pequeño de los Ioane en esta faceta: hay menos jugadores determinantes que puedan ganar la línea de la ventaja en el ala. Como ya he dicho, el rendimiento del propio jugador también ha bajado considerablemente. Ha pasado de aprovechar los espacios que creaban para él a tener que crearlos para otros.
Hay facetas del juego en las que no es ni mucho menos un especialista (como el pase o la limpieza del ruck) en las que ha pasado a estar mucho más exigido. La transición a nuevos automatismos también parece que va a paso lento. En el reciente partido contra Sharks pudimos ver a Rieko perder el balón hasta dos veces en sendos intentos de offload. El jugador está acostumbrado a este tipo de acciones, pero en el ala se encuentra más aislado, por lo que defenderle resulta mucho más difícil. En el centro, sin embargo, lo normal es que tenga varios defensores para cubrirle, por lo que llevar a cabo estas acciones es más arriesgado, ya que siempre tendrá un defensa que vaya a buscar el balón y dificulte su descarga.
El cambio también se ha notado en defensa. Rieko no es un gran placador, pero además le está costando adaptarse al engranaje de la subida de la línea defensiva. A lo largo de la temporada ha sido habitual verle subir a placar desacompasado con respecto a sus compañeros, lo que unido a fallos en el placaje ha provocado espacios a sus espaldas. La siguiente captura es del partido que los Blues ganaron in extremis contra los Lions. En ella podemos observar cómo la línea defensiva formada por Gerard Cowley-Tuioti, Jerome Kaino, Akira Ioane y Nanai trata de cubrir el espacio creado por la subida y el fallo en el placaje de Rieko. La cobertura de sus compañeros abre un espacio en el ala para Sylvian Mahuza, que no es aprovechado porque Lionel Mapoe absorbe el contacto.
En esta otra captura, podemos observar otro desajuste defensivo con Rieko de por medio. Stormers han abierto el balón desde un ruck en el que aún se concentran la mayoría de los jugadores, por lo que las líneas de cada equipo se enfrentan a través de duelos individuales. La falta de comunicación entre los hermanos Ioane hace que se cree un hueco entre ambos. Como vemos, Rieko se adelanta al intentar cubrir el posible pase a Raymond Rhule, cuando lo que debe hacer es esperar por si JJ Engelbrecht intenta romper la línea para ayudar a Akira, que se encuentra defendiendo a un jugador más rápido que él. Esta acción, que terminó con ensayo para el equipo de Ciudad del Cabo, es bastante representativa de lo que está siendo la temporada de los Blues hasta el momento.
Air Izzy
Israel Folau ha desarrollado su carrera en el union principalmente en el puesto de zaguero. Hace un par de años hubo algún intento de situarle como segundo centro, pero el experimento no salió demasiado bien y volvió a su posición natural. Tras varios partidos cambiando su posición en el campo cuando Bryce Hegarty entraba a jugar, en el partido contra Melbourne Rebels comenzó con el 14 a la espalda por primera vez esta temporada.
Este cambio responde a un mejor aprovechamiento de las cualidades aéreas de Folau. Desde el ala tiene más oportunidades para disputar balones en el aire, una faceta del juego en la que es el mayor referente mundial, por lo que obviamente su equipo se ve beneficiado en ese sentido. Este hecho se ve potenciado por la presencia de Bernard Foley y Kurtley Beale, quienes surten de buenos balones desde el pie para que Folau los dispute en superioridad frente al ala rival.
En la captura de arriba podemos observar que Foley tiene la pelota y dispone de bastante espacio en la zona derecha del campo, donde se encuentra Folau, fuera de la imagen. El juego viene desde la zona izquierda, donde han conseguido agrupar a la defensa tras varias fases de juego con golpeos cercanos. A pesar de que el juego a la mano puede ser una buena opción en este caso, el apertura australiano decide jugar al pie mediante una patada diagonal, al observar que el último defensor de Rebels se ha quedado aislado en la banda. El resultado de la acción es una disputa en el aire en la que Folau sale vencedor, y consigue descargar la pelota sobre Hegarty (a quien en la imagen vemos como posible receptor del pase de Foley), que llega en su apoyo.
En los up and under Folau se sitúa en línea horizontal con respecto al pateador, con el objetivo de subir a la disputa. El propósito de estas patadas es lograr la posesión del balón para hacer que la línea defensiva tenga que correr en dirección a su campo, o en su defecto provocar un fallo del rival en forma de knock on o de golpe de castigo. En la captura de abajo, Beale lanza un balón muy alto para facilitar la disputa en una posición más alejada. Tanto Michael Hooper como Folau (una vez más fuera de la imagen) corren a la disputa. El capitán australiano no peleará por el balón en el aire, sino que intentará generar superioridad en un hipotético ruck en caso de que los Rebels se hicieran con la pelota en el aire. El resultado de la acción es una disputa en la que Folau vuelve a vencer a Jack Maddocks, para después descargar el balón sobre Hooper.
Además de potenciar sus cualidades ofensivas, con este cambio de posición también se busca esconder las debilidades defensivas de Folau, ya que la posición de zaguero está mucho más expuesta y es más determinante en este sentido. Los Waratahs fueron el año pasado el quinto equipo que más puntos recibió en contra. Este año, sin embargo, han encajado 26,6 puntos por partido, menos que equipos de la parte alta de la tabla como Rebels o Lions.
Conclusión
Resulta difícil imaginar que estos cambios de posición tengan recorrido a nivel de test match, al menos a corto plazo. McKenzie tiene la durísima competencia de Barrett, Sopoaga y Richie Mo’unga (cuando vuelva de su lesión) por delante. Las actuaciones de Ioane no están resultando lo suficientemente convincentes como para desbancar a Anton Lienert Brown o discutirle la competencia a Jack Goodhue. Y Folau no tiene un sustituto sólido que pueda reemplazarle en el puesto de zaguero en Australia. Sin embargo, de lo que no hay duda es de que estos cambios enriquecen las alternativas de todos sus equipos, quienes buscan soluciones a sus problemas dentro de sus propias plantillas.