Una de las áreas clave del decisivo partido de este sábado entre Gales e Irlanda será el maul, y la batalla que dirimirán ambos equipos para tratar de contener los aspectos más potentes del juego de su rival. En el caso de Irlanda, el maul es la amenaza más seria en su juego de ataque y una de las armas más fiables desde hace años en el equipo de Joe Schmidt: una fortaleza construida en la selección a partir del éxito alcanzado por Munster y Leinster en en el desarrollo de esta decisiva faceta del juego.

Por contraste, Gales nunca ha usado el maul como activo principal de su armamento ofensivo, pero lo que sí ha conseguido en los últimos meses ha sido una muy notable mejora en la defensa contra ese tipo de jugadas. Lo que significa que, a día de hoy, resulta difícil encontrarle al equipo de Warren Gatland alguna debilidad en ese aspecto. Si tiene posibilidades de llevarse el Grand Slam en este 6 Naciones 2019 es gracias a la impermeabilidad de su defensa.

La hormigonera irlandesa es el último escollo para ese logro histórico. Una batalla tan previsible como fascinante cuyas claves intentaremos desentrañar aquí.

Analicemos el maul irlandés y cómo se ha defendido Gales en situaciones similares frente a otros rivales en este torneo.

El maul irlandés

Hace un par de años, los legisladores del rugby trataron de restarle preeminencia al maul en penetración introduciendo algunas directivas que apuntalaban las reglas para esta fase del juego. Pero, como ya es costumbre en el rugby de hoy, jugadores y entrenadores han logrado de nuevo situarse un paso por delante de las normas y colar en el maul comportamientos contrarios a las leyes, que los árbitros suelen pasar por alto y que mantienen esta jugada como un notable granero de puntos: sea a través de ensayos o, si no, de golpes de castigo.

Irlanda es un magnífico exponente de este tipo de comportamiento, que los jugadores de Schmidt han convertido en un arte. Contra Francia, su primer ensayo nació de un maul armado cerca de la línea de ensayo bleu, cuando sólo se habían jugado dos minutos del partido.

En esa jugada, el equipo de Joe Schmidt construyó su posición de ataque en el campo gracias a una excelente patada de Jordan Lamour que, una vez más, puso en evidencia la desorganización de la última línea defensiva de Francia. Un asunto del que ya hablamos en su momento.

Desechando la posibilidad de sumar tres puntos a través de un golpe de castigo, Irlanda pateó a touche en la esquina; de la siguiente fase sacaron otro golpe de castigo y, de nuevo, optaron por ir al lateral para armar otro maul a partir del saque lateral.

La jugada acabó en el ensayo de Rory Best.

Hay varios aspectos del maul que merece la pena señalar y que nos dan una idea de la fortaleza de esta jugada y de las posibilidades que existen para combatirla.

En el rugby de élite ya se ha hecho típica esta situación: para cuando el receptor de la touche aún está bajando, varios de sus compañeros ya se han situado tras él en apoyo, abandonando la formación (ver la imagen de arriba), y los levantadores se colocan por delante, con el fin de protegerlo.

Esta táctica es ilegal, pero en general los árbitros la pasan por alto.

El objetivo es que, una vez que el receptor del saque baja al suelo, haya ya tres jugadores preparados para empezar de inmediato el empuje y ganar inercia. Un cuarto apoyo llega también por detrás para formar una tercera línea de empuje en el agrupamiento. Y, finalmente, el talonador (en este caso Rory Best) barre hacia la cola del pack, para acabar siendo el portador de la pelota cuando el maul avanza.

La siguiente imagen muestra las posiciones de los delanteros irlandeses en las tres fases descritas en el saque lateral y la situación de empuje. Irlanda había jugado la touche con sólo seis hombres, dejando a su flanker abierto, Van der Flier, que ocupara la posición de medio de melé.

El saltador y receptor de la pelota es el número 4 irlandés (Henderson), mientras que el 8 (CJ Stander) se sale del alineamiento y el 6 (O’Mahony) pasa a hacer de levantador junto al 1 (Healy). Incluso el número 3 (Furlong), que inicia la touche en la cola del alineamiento, pasa por delante del 5 (Ryan) y ocupa su lugar en la segunda línea de delanteros. Mientras, Ryan se coloca atrás y, cuando Irlanda hace avanzar el maul, se coloca junto a Best en la última línea de empuje.

Una vez armada la plataforma, Irlanda transmite el balón del 4 al 7 y de ahí, atrás, al número 2. Henderson, Van der Flier, Best.

También, como ya es habitual en estos niveles, Francia decide no disputar el balón arriba. A cambio, monta una formación defensiva que trata de empujar el agrupamiento irlandés hacia la línea de touche. En un momento analizaremos esa formación.

Si volvemos a la imagen anterior, merece la pena señalar la lentitud con la que los defensores franceses se colocan para tratar de contrarrestar el empuje. Un problema subrayado por la velocidad con la que Irlanda ha formado el paquete de apoyo al saltador, incluso antes de que este toque el suelo.

Echemos un vistazo a la defensa francesa y las posiciones en las que acaban los jugadores de Jacques Brunel, mientras Irlanda monta la plataforma de empuje.

A simple vista se aprecia cómo Francia monta la suya hombre a hombre y sitúa a tres jugadores en primera línea: Poirot (1), Lambey (4) e Iturria (7); con dos más (Picamoles con el 8 y Vahaamaina con el 5) formando una segunda oleada de apoyo, con el fin de procurar ese impulso diagonal que saque a los irlandeses por la lateral.

Los números 3 (Demba Bamba) y 6 (Lauret) no se adhieren al agrupamiento, pero tratan de cerrar la vía de agua cuando los irlandeses avanzan. Por último el número 2 (Guirado) defiende el lado cerrado.

Como ya hemos dicho, con esa configuración el empuje se orienta en ángulo hacia la línea de touche. Eso significa que el jugador clave para contener el impulso irlandés es, inicialmente, el que ocupa la primera línea (en este caso el 1 francés, Poirot). Su trabajo consiste en detener el primer arreón, ganando tiempo para que, por detrás, sus compañeros monten la plataforma de empuje diagonal.

Pero veamos lo que le ocurre a Poirot: su homólogo en el equipo irlandés, Healy, lo empuja lateralmente hacia el interior del campo, lo que desactiva la clave de bóveda de toda la defensa francesa del maul. De hecho, ambos jugadores terminan en el suelo, en el lado opuesto del agrupamiento con respecto al que tenían cuando éste se inició.

Atención al ángulo que forma el cuerpo de Healy (1) en su intento de sacar a Poirot de su crucial posición.

Una vez que Poirot ha sido quitado del medio, Guirado se ve solo frente a la segunda oleada de irlandeses. Vencida su resistencia, Rory Best se queda en un uno contra uno frente al medio de melé francés, Dupont. Ensayo de la hormigonera.

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En el minuto 20 de este mismo partido, Irlanda repite su opción de rehusar la patada a palos en golpe de castigo y busca la touche para jugar de nuevo un saque lateral a cinco metros de la línea de ensayo. Significativamente, en esta segunda ocasión volvieron a usar el mismo modelo de alineamiento analizado arriba: seis jugadores en la hilera y Van der Flier como medio de melé.

En esta ocasión, sin embargo, optaron por sacar a la cola del alineamiento en lugar de a la primera torre. Eso les permitió jugar un nuevo golpe de castigo. Y, de nuevo, rechazaron sumar tres puntos bastante sencillos y optaron por volver jugar la touche. Esta vez, Best la tiró larga y el ataque quedó en nada.

¿Veremos este tipo de tácticas de nuevo contra Gales o intentarán los irlandeses asegurar los puntos pateando a palos cuando tengan la oportunidad de hacerlo? Si Sexton hubiera optado por ir a palos en esas dos jugadas, Irlanda habría sumado 10 puntos en los primeros 24 minutos de partido contra Francia. Y todos ellos habrían procedido de su principal granero de puntos a día de hoy: el maul en penetración.

La defensa galesa del maul

Ahora miremos esta situación desde el lado de la defensa. Lo que antes era un flanco débil de Gales ha pasado a convertirse en una de sus fortalezas.

En el primer ejemplo de este análisis, veremos cómo frena Gales un maul en ataque de Inglaterra, a partir de una touche

La acción parte de un saque lateral en el que Gales sí compite arriba con Cory Hill y contiene bastante bien el primer empujón inglés. Conforme los delanteros de la Rosa logran poner en marcha su agrupamiento y hacerlo avanzar, tres jugadores de Gales (Ken Owens, Josh Navidi y Ross Moriarty) entran en el maul y consiguen dividir la plataforma montada por el pack inglés. Eso permite a Alun Wyn Jones, que aparece trabajando en el lado opuesto, avanzar por el interior del maul hasta llegar hasta el portador de la pelota.

Fue esa acción del capitán galés -su movimiento, orientado a la disputa de la pelota- lo que finalmente acabaría por evitar el avance del maul inglés. La acción de Jones tampoco fue legalmente perfecta: primero avanzó por el lateral del agrupamiento, ante la permisividad del árbitro Jaco Peyper, y luego por dentro, para llegar hasta el jugador que lleva la pelota.

Ya en el arranque de la jugada hay otra acción de AW Jones que muestra la importancia de su trabajo en este tipo de situaciones: antes de que el saltador inglés baje al suelo, Jones ya está empujando a Tom Curry, con el fin de evitar que éste gane la posición y proteja a su saltador, para disponer el avance. Es el inicio de la disrupción del maul inglés llevado a cabo por los galeses. Con agresividad y al borde de la ley.

Este comportamiento contrasta de manera notable con la defensa francesa que analizamos más arriba: ahí, los dos jugadores de apoyo del saltador irlandés sí lograron su objetivo de tomar la posición y protegerlo, abriendo camino al avance.

En un segundo ejemplo, vemos cómo Gales logra defender otro lineout crucial, a dos minutos del final del partido contra Francia, y con los Dragones por delante en el marcador a falta de poco más de dos minutos para el final.

De nuevo, los galeses disputan la touche con un saltador que consigue hostigar al receptor francés y provoca el error que aborta el ataque. ¿Por qué Gales sí se atreve a disputar la touche? Es una cuestión de confianza en su defensa. En lugar de quedarse en el suelo y anticipar el previsible maul francés, mandan a un saltador a disputar la touche porque saben que, aunque no ganen arriba, serán capaces después de rearmar su formación y defender abajo el agrupamiento francés.

También contra Escocia vimos ejemplos similares. Gales tuvo en ese encuentro varias touches fundamentales que defender.

En el siguiente clip, Escocia captura arriba el saque lateral limpiamente y se dispone a montar una plataforma de empuje. Arriba hemos visto a los irlandeses formar una segunda oleada de delanteros para ganar empuje por detrás del portador de la pelota. Aquí vemos que Escocia va incluso un paso más allá, al desgajar hasta a cuatro jugadores del alineamiento y hacerlos formar por detrás del que será el receptor del saque… ¡antes de que la pelota haya sido lanzada!

A pesar de eso, los delanteros escoceses no logran entrar en buena posición una vez que el agrupamiento se ha formado. Dos de ellos quedan orientadas de espaldas a la dirección de ataque (Richie, el número 7, que además se sale del paquete; y Jonny Gray, que aparece medio tapado), lo que anula su capacidad de empuje. En esta jugada, el hombre clave de Gales es el segunda Adam Beard (con el casco en la cabeza), que será el que logre penetrar por el eje central del agrupamiento.

Conforme Beard logra su objetivo y avanza hacia el portador de la pelota, el maul escocés comienza a fragmentarse y Gales puede detener al jugador que la lleva. Otra muestra de la habilidad de Gales para frenar este tipo de jugadas.

La batalla de los mauls

Así que, visto todo esto… ¿quién ganará la batalla de los mauls en la que seguramente se convertirá el partido de este sábado? ¿El ataque irlandés o la defensa de Gales?

Un factor importantísimo a la hora de saber la respuesta será la disciplina: cuántos golpes de castigo cometan ambos equipos en una fase del juego muy proclive a ellos. Hay una ecuación muy sencilla de formular, pero mucho más difícil de llevar a la práctica: la mayor parte de las situaciones en las que se usa un maul en zona roja provienen de golpes de castigo ejecutados a touche. Así que… evitando los golpes de castigo se evita la amenaza que viene con ellos.

Fácil de decir. Más complicado de evitar.

También, y finalmente, el criterio arbitral resultará decisivo en un choque de esta envergadura. Qué permite y qué no permite el colegiado a los equipos en este tipo de situaciones. La mayoría de las tácticas que hemos señalado en este artículo son, en realidad, contrarias a las reglas. ¿Cuáles se autorizarán este sábado?

El Principality Stadium tiene todas las respuestas. Lo que está claro es que, vistos los partidos que han jugado Gales e Irlanda a lo largo de este 6 Naciones, el maul puede ser la fase de juego que decida la suerte del partido. Y del Grand Slam.

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