
Estos días estrenamos el inicio de una nueva década, la de los 2020s, y desde tan privilegiada perspectiva hemos disfrutado en las últimas semanas de un amplio y minucioso repaso a lo que fueron los 2010s en la forma de un interminable catálogo de equipos de la década: el mejor equipo de la década de este equipo, aquella liga o la otra escalera de vecinos. Así que, para cambiar el paso, aquí vamos a proponer lo contrario: no un mejor XV de los pasados años… sino un XV conformado por jugadores que pueden convertirse en estrellas a lo largo de los diez próximos.
1. Rhys Carre – Gales, 21 años
Un primera línea versátil que, además, goza de la casi incomparable ventaja de encontrarse hoy por hoy bajo la custodia del equipo técnico de Saracens. Carre irrumpió en el panorama internacional con algunas acciones espectaculares en el juego abierto en un encuentro más duro de lo esperado para Gales frente a Uruguay, en su grupo en la RWC de Japón. Después, se le ha visto más calmado, pero igualmente explosivo, en sus fugaces apariciones con el equipo londinense tanto en la Premiership como en la Champions Cup. Con 21 años y una explosividad llamativa para un pilar de 130kgs., Carre debería convertirse por derecho propio en uno de los jugadores fundamentales de Gales en los próximos años, además de competir por un puesto, y de seguramente ganar trofeos, junto a su actual compañero de club, Mako Vunipola… Un gran mentor.
2. Asafo Aumua – Nueva Zelanda, 22
Después de debutar con los All Blacks en 2017, con 20 años, saliendo desde el banquillo en un choque contra los Barbarians; y de jugar otra vez una semana más tarde contra un combinado de Francia, el mediático talonador se ha mantenido en estos últimos tiempos por debajo de los radares… para lo que nos tenía acostumbrados: sobre todo por los problemas que le generó una importante lesión de muñeca. En la web de los All Blacks se le describe en estos términos: «Bendecido con la dureza de un primera línea y con la sensacional velocidad y el paso lateral de un ala, la rapidez y la potencia con la que se mueve resultan increíbles para su carrocería de 108kgs.». Palabras que, aun sin haber visto sus explosiones en la Mitre10 Cup o en el Mundial sub20, permiten apreciar el tremendo potencial de Aumua, que debería llevarlo a estar entre los mejores del mundo. (Foto de cabecera:Asafo Aumua, Photo \ Photosport)-
3. Marcus Street – Inglaterra, 20
Seguramente el pilar cerrado sea el puesto en el que más complicado se hace vislumbrar qué jóvenes jugadores actuales serán los que alcancen el primer nivel internacional en los próximos años. Sin embargo, el nombre de Marcus Street lleva sonando ya varios años… y resulta sorprendente cuando se descubre que aún tiene sólo 20 años. Reconocido a esa edad ya en el sur de Inglaterra como un gran especialista de la melé, se puede afirmar con seguridad que Street está llamado a grandes cosas. Porque, pese a la enorme evolución del rugby, Sudáfrica demostró en Japón que aún está vigente el conocido adagio: No scrum, no win. Sin melé no se gana.
4. Nick Frost – Australia, 20
Si hay un movimiento que llame la atención en una carrera deportiva que todavía es incipiente es cuando un joven jugador decide irse a jugar al país con el rugby más prolífico del mundo, Nueva Zelanda. Y eso fue exactamente lo que hizo el joven segunda Wallaby, Nick Frost. En 2017 acaparó titulares cuando anunció su rechazo a las diferentes ofertas que le habían llegado en su país natal, Australia, para irse un par de años a la franquicia más laureada del Super Rugby: los Crusaders, poseedores de nada menos que 10 títulos. Dotado de una inteligencia para el rugby que seguramente se habrá reforzado durante su estancia en Christchurch, y con una capacidad atlética demostrada, Frost ha firmado con los Brumbies y parece en condiciones de aquilatar aún mejor lo que ya es una excelente nómina de segundas líneas en los Wallabies.
5. James Ryan – Irlanda, 23
Puede parecer algo ventajista incluir aquí a un jugador ya establecido con firmeza como estrella internacional con Irlanda y llamado a ser uno de los grandes en los Lions. Pero la simple y envidiable realidad es que James Ryan, motor básico del equipo del Trébol y de Leinster, todavía tiene sólo 23 años. Ryan ya es, sin duda, un monstruo al más alto nivel; un segunda línea capaz de convertir la vida de sus rivales en una pesadilla, como lo haría un número 3. Colosal cuando rompe con la pelota, dotado con un placaje de acero y una auténtica roca en el breakdown defensivo, Ryan está en condiciones de convertirse en el siguiente gran segunda línea del hemisferio norte, completando una línea de sucesión en la que le han precedido nombres como Martin Johnson, Paul O’Connell y Alun Wyn Jones.
6. Tom Curry – Inglaterra, 21
Con Tom Curry, estrella ya consolidada en Inglaterra y en los Sale Sharks, ocurre lo mismo que con Ryan: parece inadecuado situarlo en un mejor XV de promesas. Pero la realidad se impone, por edad y por condiciones: el más rutilante de los gemelos Curry ha evolucionado hasta hacerse un durísimo flanker abierto reconvertido a flanker cerrado. Curry es un jugador de triple amenaza: a sus impresionantes destrezas para jugar como enlace entre líneas añade la potencia de su placaje y rupturas, lo que le permite con 106kgs. tener en el campo el impacto que se atribuye a un tercera línea de 15kgs. más. Durante el último año no han parado de lloverle elogios a su trabajo en el juego cerrado, pero los observadores más atentos llevan ya tiempo advirtiendo de su capacidad en los espacios abiertos. Otro nombre que (aun con cautela) podemos añadir como potencial estrella de los British&Irish Lions.
7. Fraser McReight – Australia, 20
La mayoría de aficionados no suelen seguir los Mundiales sub20 de cada verano, y aún son menos los que se preocupan de ver partidos de equipos que no sean el de su propio país… Pero es que cualquiera que mirase el pasado verano algún partido de Australia se preguntaría a los 10 minutos cómo es que permitían a los Wallabies alinear en su equipo a… David Pocock. Y eso es porque Fraser McReight, el joven capitán australiano, recordaba de forma extraordinaria al flanker de los Wallabies, ahora retirado de la escena internacional. El flanker de los Reds era una presencia segura en todos los rucks, y casi siempre estaba a punto o lograba hacerse con la pelota. Pero, además, exhibió una más que interesante capacidad técnica para manejarla cuando la tenía en las manos. Conviene apuntar su nombre.
8. Jordan Joseph – Francia, 19
A menudo y por desgracia sucede que pasamos por alto a jugadores procedentes de países que no son de habla inglesa. No es el caso de Jordan Joseph: el número 8 francés podría hablar en algún dialecto todavía por descubrir o incluso vivir en la luna, y aun así sería imposible olvidarse de él en una lista como ésta. Los talentos más prodigiosos en el universo sub20 suelen ser aquellos que, aun en el inicio de sus carreras, provocan este conocido comentario: «Es como un hombre jugando con niños». Joseph era (y todavía tiene sólo 19 años) ese tipo de octavo capaz de correr con la pelota y generar descargas de una forma tal que incluso el resto de estupendos jugadores del equipo sub20 francés parecían escolares. Ahora que la carrera de Louis Picamoles va ya de bajada y que no aparece en los bleus un jugador que se haya adueñado claramente del puesto, el escenario parece dispuesto para que la próxima década sea el patio de recreo de Jordan Joseph.
9. Craig Casey – Irlanda, 20
Craig Casey posee una de las técnicas de pase más afiladas que uno haya visto en mucho tiempo en el rugby internacional. Quizás sólo alguien de la talla de Aaron Smith puede exbibir una destreza superior en esa suerte al joven talento de Munster… y la diferencia, pese a lo vertiginoso de la comparación, no es tan grande en realidad. Medio de melé de un tamaño menor al del actual dueño del número 9 irlandés, Conor Murray, Casey está dentro de ese arquetipo de medio de juego refrescante, asistido por una gran inteligencia para el rugby, y es otro de los jugadores que en las RWC junior genera la sensación de ser un hombre entre muchachos. De momento ha tenido que conformarse con disputar algunos minutos y mantenerse por detrás del propio Murray y de Alby Mathewson en Munster, pero esa posición le ha permitido cuidar su progresión trabajando las dos últimos temporadas al lado nada menos que de un lion y un All Black. Sobre esa base, el futuro que le aguarda parece fantástico.
10. Marcus Smith – Inglaterra, 20
Después de que Eddie Jones lo descubriera a los 16 años, cuando el técnico dirigía a Japón en la Copa del Mundo de 2015, Marcus Smith ha dado un gran salto en estos años de ingreso en la élite, hasta convertirse en el medio de apertura titular de Harlequins con sólo 18 años. Smith es un 10 de tamaño contenido y con un juego que tiende al ingenio, más próximo al molde de George Ford que al de Owen Farrell. Por sus características da la impresión de que su territorio natural sería dirigir el ataque de algún equipo del Super Rugby o de seven. Pero ahora mismo lo que está bajo severo escrutinio es su manejo del juego. A pesar de que aún se encuentra en fase de formación, pronto podría asumir un papel importante en la estructura de Eddie Jones, que podría convertirlo en uno de sus famosos finalizadores de partidos. Y, desde luego, parece bien posicionado para aparecer en unos años como sucesor del dúo Ford/Farrell.
11. Rieko Ioane – Nueva Zelanda, 22
Se hace muy complicado designar a un ala All Black y pensar que pueda mantenerse en ese puesto durante toda una década, considerando la velocidad con la que los relevos y las emigraciones a equipos del hemisferio norte se producen en el universo neozelandés. Basta pensar en casos como Joe Rokocoko y Julian Savea. De hecho, el último año dejó la sensación de que el propio Rieko Ioane empieza a salirse ya de la foto de los All Blacks, cuando todavía tiene sólo 22 años. Irrumpió en el puesto de Julian Savea en la gira de los Lions en 2017, para después ser sobrepasado camino de Japón por el dúo de los Crusaders: Sevu Reece y George Bridge. Pero Ioane aún es lo suficientemente joven como para solventar las ineficiencias que Steve Hansen le apreció en el camino a la última Copa del Mundo. Y posee esa pura capacidad atlética que provoca el pánico entre los segundos centros y las defensas en segunda cortina. Y, en todo caso, siempre tendrá ante sí la posibilidad de una próspera carrera en alguna liga mayor en Europa y, esperemos, en la Champions Cup.
12. Rikus Pretorius – Sudáfrica, 20
Si los rumores son ciertos, los Stormers podrían estar a punto de perder a su centro campeón del mundo, Damian de Allende, que ficharía por Munster. Aunque los Springboks seguirían teniendo la posibilidad de reclutarlo, dado que se va a relajar la política de selección de jugadores que militan en ligas fuera de Sudáfrica, la marcha de De Allende supone para la franquicia de Western Province la pérdida de uno de sus jugadores más notables. Sin embargo, a su espalda aguarda ya Rikus Pretorius, un jugador hecho para la posición de primer centro, con un físico de 1.92 y un hand-off que están al nivel de De Allende y que lo convierten en un proyecto muy prometedor.
13. Jordan Petaia – Australia, 19
En la última Copa del Mundo sólo pudimos ver en breves ráfagas el magnífico talento en ciernes que es Jordan Petaia, por culpa de la lesión que sufrió en la llamada articulación de Lisfranc, en la zona tarso-metatarsiana del pie, y que lo mantuvo en el dique seco hasta el choque de cuartos de final contra Inglaterra. Aunque aquel partido terminó en una desmoralizadora derrota de los Wallabies, durante la primera mitad Petaia provocó el terror entre los aficionados y técnicos ingleses, rompiendo la línea defensiva con sus escurridizos cambios de pie y una aceleración extrema. Nadie puede dudar de que Petaia tiene potencial para convertirse en uno de los jugadores más veloces y elusivos del panorama internacional, en una línea australiana en la que se suelen mezclar tradicionalmente el talento y la potencia como receta infalible para generar agujeros en las defensas rivales.
14. Blair Kinghorn – Escocia, 22
Kinghorn es otro más en la lista de jugadores jóvenes que ya son internacionales asentados, y también representante de la nueva hornada del back-three, los tres del fondo. Aunque apareció en la élite como medio de apertura de gran velocidad, tocado con un cambio de pie rutilante, el jugador de Edimburgo se ha asentado en estos últimos tiempos como zaguero y ala. Kinghorn es un jugador de amenazas diversas: es rápido cuando corre, tiene capacidad de organización del juego y una patada táctica notable. Y todo en una carcasa de 193cms. y 105kgs. Así que parece bien situado para ser el relevo de Stuart Hogg ahora y, eventualmente, su sucesor. Mientras tanto, su aparición en el ala completa un trío de backs notable para Escocia, junto al mencionado Hogg y al menudo Darcy Graham, otro que, con 22 años, merecía al menos una mención en esta lista.
15. Isaac Lucas – Australia, 20
No contentos con tener ya dispuesto ese talento de su generació que es McReight, los Reds cuentan también en sus filas con otro jugador especial: el zaguero/apertura Isaac Lucas, otro de los nombres que llamaron la atención en la última Copa del Mundo sub20 de Georgia. Eléctrico en carrera y habilísimo pasador, Lucas es uno de esos tres cuartos difíciles de parar cuando llevan la pelota, pero que además poseen en su catálogo de habilidades la capacidad para asumir el puesto de apertura y generar juego. Un perfil que parece cortado según el molde de uno de los clásicos de los últimos tiempos en los Wallabies: el brillante y mercurial Kurtley Beale.
Ali Stokes es uno de los analistas habituales de The Rugby Magazine y escribe también para Rugby World.
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