
Lions y Crusaders se enfrentaron en la final del Super Rugby 2017, Crusaders y Lions se enfrentarán en la final de 2018. La única duda que nos queda es si la propiedad conmutativa de la multiplicación (el orden de los factores no altera el producto) tiene aplicación en el rugby de franquicias del hemisferio sur. Crusaders consiguió el título de 2017 en una final contra unos Lions que fueron el mejor equipo de la temporada regular y que por tanto tenían ventaja de campo (partido disputado en la altitud de Johannesburgo y con un bloque arbitral sudafricano), este año es la escuadra neozelandesa la que cuenta con la ventaja de que el partido se juegue en Christchurch (con árbitro australiano, eso sí).
Hay un dato que sirve para contextualizar a Crusaders como equipo local en los partidos de eliminatoria por el título en la historia del Super Rugby: 20 partidos disputados, 20 victorias para los Cruzados. El panorama no parece demasiado alentador para el equipo sudafricano. La victoria de los jugadores de Swys de Bruyn podría considerarse una de las grandes sorpresas deportivas de 2018.
No hay demasiado que añadir a lo dicho con anterioridad sobre Crusaders: el equipo de Scott Robertson parece tener un ecosistema propio en el que cualquier jugador que entra en la dinámica del conjunto cae de pie y alcanza de forma automática un nivel de rendimiento que le permitiría presentar una hipotética candidatura a los All Blacks. El equilibrio de la franquicia de Christchurch (el equipo con mejor palmarés de la historia del Super Rugby) es el modelo en el que se inspiró la estructura de la selección neozelandesa en su actual ciclo victorioso.
Durante la pasada ventana de junio vimos (motivado por algunas ausencias destacadas) a 5 jugadores de Crusaders ocupando la 1ª y 2ª línea de los All Blacks: Joe Moody-Codie Taylor-Owen Franks-Scott Barrett-Sam Whitelock. Al máximo nivel internacional solo Leinster/Irlanda podrían plantear un modelo similar. La mayoría absoluta de delanteros de la franquicia contrasta con la escasez de 3/4 del equipo de Christchurch en los XV de Steve Hansen, solo Ryan Crotty suele ser titular y muchos de sus compañeros no entran -ni siquiera- en las convocatorias de los partidos. Richie Mo’unga y David Kaetau Havili han formado parte en momentos determinados de la estructura All Black; George Bridge, Jack Goodhue o Bryn Hall esperan y observan.
Scott Robertson sustituyó a Todd Blackadder al final de la temporada 2016. El balance del equipo bajo su dirección en el Super Rugby: 36 partidos disputados, 33 victorias y 3 derrotas (todas ellas contra equipos neozelandeses), un título de campeón y una final (por el momento) en estas dos temporadas.
Si las dos últimas temporadas de Crusaders son espectaculares, los Lions pueden presumir de ser el tercer equipo de la historia del Super Rugby en alcanzar tres finales consecutivas (tras Blues y -por supuesto- Crusaders). El rendimiento de la franquicia de Johannesburgo desde 2014 (penúltimo clasificado de la conferencia sudafricana con 7 victorias y 9 derrotas) ha ido in crescendo: en 2015 no consiguieron entrar en las eliminatorias por el título (terminaron la primera temporada con balance positivo de su historia con 9 victorias -1 empate- 6 derrotas) y a partir de ahí siempre han disputado el último partido de la competición.
Los Lions de 2018 están muy lejos de los Lions que en 2017 fueron el mejor equipo de la temporada regular, pese a que hayan alcanzado -de nuevo- la final contra Crusaders. El equipo de Swys de Bruyn ha acusado mucho desgaste a nivel defensivo. De los 268 puntos y 27 ensayos encajados (en 15 partidos de temporada regular) por el equipo de Ackermann en 2017 han pasado a 445 puntos y 59 ensayos en contra (en 16 partidos de temporada regular) en 2018.
Las concesiones defensivas del equipo sudafricano son una pésima noticia a la hora de visitar a unos Crusaders que tienen una precisión quirúrgica a la hora de explotar las debilidades de sus rivales. El partido de Christchurch será la despedida de Ruan Dreyer, Franco Mostert, Jaco Kriel y Rohan Janse van Rensburg de la franquicia sudafricana. El equipo de Johannesburgo no contará la próxima temporada con algunos de los jugadores más relevantes en el ciclo más destacado de su historia. Malcolm Marx y Kwagga Smith se van quedando cada vez más solos.