Tras la buena actuación de la selección argentina en la Copa del Mundo 2015 disputada en suelo inglés, las expectativas sobre el debut de Jaguares en el Super Rugby al año siguiente eran altísimas. Algunas voces decían que se trataba sencillamente de «Los Pumas con otra camiseta», lo que le daría un poderío superior frente a equipos de otros países, donde los internacionales se dividen entre varias franquicias. Por ello, estaban destinados a ganar el torneo de punta a punta. Otros, en cambio, pedían cautela.

Pronto, los pronósticos más optimistas comenzaron a desmoronarse por su propio peso. Los interminables viajes descontrolaron los relojes biológicos de los jugadores. El vertiginoso ritmo de juego planteado rifaba la posesión de la pelota y hacía que se estuviera defendiendo la mayoría del tiempo. Las infracciones y las consiguientes tarjetas iban en aumento. Cansancio. Hastío. Cabezas gachas que no encontraban la forma de levantarse. El público, que había acompañado bien en Vélez desde el comienzo, empezó a soltar la mano.

Luego, llegaron las críticas a la actitud. Claro: Argentina, sangre caliente, latina… no cabe en nuestra cabeza jugar simplemente por dinero representando a una fría franquicia. No estaba el amor por la camiseta, la pasión de jugar acompañado por los amigos del club ni la mística del yaguareté en el pecho.

‘Super Mario’ puso orden al vértigo de Jaguares, mejorando la disciplina, buscando nuevos liderazgos y ampliando la base de jugadores. Eso, con la relativa mejora de otras fortalezas clásicas, llevó a la franquicia a los ‘playoffs’

Fueron dos primeros años duros de aprendizaje, adaptación y resultados que no acompañaban. Lo peor: todos estos problemas se trasladaban a Los Pumas. 19 derrotas y 6 victorias fue el saldo post mundial del seleccionado hasta la ventana de noviembre de 2017.

En eso llegó Mario Ledesma, veterano de 84 caps con la celeste y blanca, cuatro mundiales, Puma de Bronce en 2007, diez años jugando en Europa. A su pasado como jugador suma una jugosa carrera con el buzo de entrenador: colaboró con Fabien Galthié en Montpellier y acompañó a Michael Cheika en Stade Français, Waratahs y Wallabies. Un viejo conocedor del adentro con ideas frescas traídas de afuera.

Super Mario puso orden al vértigo que traía Jaguares. Buscó recuperar algunas viejas armas del rugby argentino (aunque la melé sigue en deuda), mejorar la disciplina, crear nuevos liderazgos en el plantel con el cambio de capitanía, ampliar la base de jugadores y, especialmente, generar un nuevo sentido de pertenencia. Rápidamente se reflejó en los resultados: primera clasificación a los playoffs y primera temporada con saldo positivo de victorias (nueve, contra ocho derrotas).

El ex talonador, en un entrenamiento con Jaguares.

Más allá de los números, lo mejor fue el cómo: se vio a un equipo sólido, con algunas caras nuevas y buenos rendimientos de los que ya estaban. Un grupo que mostró que estaba para algo serio tras la exitosa gira por Oceanía, con victorias bien construidas ante Rebels, Brumbies, Blues y Chiefs; y luego mantuvo su imagen ante el público del Amalfitani, que colmó las gradas como nunca.

Sin embargo, pese al fuerte envión anímico, la ventana de junio de este año fue de mal en peor para este mismo grupo de jugadores vistiendo la camiseta de Los Pumas. Doble caída ante Gales y, tras el anuncio de la renuncia de Daniel Hourcade, la derrota por el mayor margen histórico frente a Escocia.

El nuevo seleccionador planteó los mismos principios en los Pumas que en Jaguares… pero no le será tan fácil revertir los resultados: la dureza del Rugby Championship y la mayor base de jugadores de sus contrincantes dificultan mucho más ese objetivo

Esto aceleró la llegada de Ledesma al banquillo de Los Pumas, algo que quizá estaba en mente de la dirigencia para un futuro cercano. En principio conducirá al equipo hasta 2021 y allí se revisará su gestión. El ex talonador planteó los mismos principios para el seleccionado que Jaguares: trabajo y actitud. Pero parece que no le será tan fácil revertir los malos resultados como en la franquicia.

¿Por qué? El Rugby Championship que comienza este fin de semana es un torneo infinitamente más duro e intenso. Se enfrenta a las tres súper potencias del Hemisferio Sur, incluyendo a los por ahora invencibles All Blacks.

Una de las principales diferencias con estos equipos es la base de jugadores. Nueva Zelanda tiene cinco franquicias de donde elegir; Australia, tres; Sudáfrica, cuatro en el Super Rugby, dos en el Pro14, más los jugadores que se desempeñan en Francia e Inglaterra. Mientras tanto, Argentina sólo cuenta con el plantel de Jaguares, más algún europeo que, previa aprobación del Consejo de la UAR, sea pedido por el entrenador ante un caso de fuerza mayor. Para el debut en el torneo, el único convocado por esa vía es el pilar Juan Chipi Figallo, del Saracens inglés.

Mario Ledesma, en sus días como jugador en un choque con Sudáfrica.

De esta forma los titulares argentinos llegan con muchos minutos acumulados mientras que los reservas tienen poco rodaje, ya que también son suplentes con la camiseta naranja de la franquicia. He aquí otra diferencia con los rivales: ellos cuentan con mayor calidad en sus banquillos, por eso muchas veces parece que los partidos de Los Pumas se dividen en dos partes. Una, los primeros 55 o 60 minutos, cuando los titulares juegan de igual a igual ante las potencias; y otra, cuando llegan las sustituciones y el equipo queda descompensado.

A corto plazo, la solución parecería ser convocar a todos los que juegan en Europa y listo. Pero no es tan sencillo, porque los clubes están en plena temporada y las negociaciones para liberarlos se ponen duras. Además, sería sólo un parche. El Bocha y su equipo, que cuenta también con Gonzalo Quesada, planean seguir ampliando la base de rugbiers en la órbita de la UAR, darle experiencia a los jóvenes y que nadie tenga el puesto ganado. Pero para eso se necesita tiempo, y los argentinos somos un poco exitistas y queremos resultados ya.

Aunque resulte tentador ilusionarse con la presencia de Ledesma y la posibilidad de un Rugby Championship colmado de victorias y grandes actuaciones, será mejor bajar la vara y poner el foco en armar un plantel completo, con varias opciones por puesto. Porque con sólo 15 buenos titulares será muy probable volverse temprano de Japón el año que viene.