
Los realizadores solemos tener problemas para explicar en qué consiste nuestro trabajo. En mi segunda cita con la que ahora es mi mujer estuve hablando largo y tendido sobre mi trabajo; al mes, ya con más confianza, me pidió que se lo volviese a contar para poder entenderlo bien. En cuanto a mi familia, estoy casi seguro de que para algunos de ellos soy una especie de versión cañí del Chandler Bing de Friends. Así que para entender la tarea del realizador (en este caso deportivo) imagínense sentados en cualquier estadio; según dónde estén situados, perciben mejor unos detalles y peor otros: mientras en las localidades cercanas al campo se observan mejor los detalles técnicos y las reacciones de los jugadores, en las butacas más elevadas se aprecian con más claridad los movimientos y las situaciones tácticas.
El trabajo del realizador empieza por buscar los mejores puntos de vista para determinar (siempre en función del presupuesto disponible y de las limitaciones arquitectónicas) en qué puntos del estadio situará cámaras y qué tipo de plano quiere en cada caso, decidiendo para ello tipo de cámara, óptica, movimientos, etc. Una vez establecida la distribución, y con la inestimable ayuda de los operadores de cámara y de repeticiones, el realizador mostrará el desarrollo del juego de acuerdo a su criterio, a su visión, utilizando en cada momento el punto de vista que considere idóneo y decidiendo qué acciones del juego merecen ser repetidas y cuántas tomas enseñar, siempre con un ojo en lo que ocurra en el campo para no perderse nada relevante por estar ofreciendo una repetición.
La visión del realizador viene determinada por su criterio personal, pero también por el de la empresa para quien trabaja, por el estilo que marque la competición que ostenta los derechos televisivos (en ambos casos, y en ocasiones, en forma de libro o manual de estilo), y en última instancia, por la cultura audiovisual de su país o región, algo que comparte por lo general con los televidentes a los que se dirige. Por tanto, saber quién produce y distribuye al resto del mundo la señal de cada partido nos ayuda de manera decisiva a saber qué podemos esperar de cada realización.
En el caso del 6 Naciones, la entidad organizadora, Six Nations Rugby, fija una línea gráfica común, con el morado, el blanco y el icónico balón del logo de la competición como elementos identificativos, personalizando con los logos de las federaciones nacionales en la cortinilla de repeticiones; se encarga igualmente de distribuir las estadísticas oficiales, contratadas a la prestigiosa empresa Opta; marca unas líneas de actuación comunes, como el momento en que se muestran las alineaciones (justo después de los himnos) o el hecho, muy útil sobre todo para el público menos experto, de marcar gráficamente qué infracción ha señalado el árbitro; y produce, además, la señal de los partidos en casa de Irlanda e Italia.
En el Reino Unido, la cadena pública BBC y la privada ITV se reparten desde 2015 los derechos de emisión, con el acuerdo de que BBC produce los partidos como local de Escocia y Gales mientras ITV hace lo propio con Inglaterra. En Francia, es la también pública France 2 la encargada de realizar los partidos del XV del Gallo en su territorio. Por todo ello, distinguimos cuatro visiones generales que pasamos a detallar:
BBC: tradición, sobriedad y claridad
La historia audiovisual del 6 Naciones está íntimamente ligada a la BBC. Poseedora de los derechos durante décadas, la cadena pública británica tuvo que aliarse con la privada ITV para poder seguir ofreciendo en abierto el torneo, ante la amenaza de las pujantes cadenas de pago BT Sport y Sky. El acuerdo, fijado en 50 millones de libras anuales, se convirtió en cuestión de estado en Gales, donde el partido Liberal Demócrata llegó a recoger firmas contra la emisión del torneo en televisión de pago; no es para menos, ya que el 68% de los galeses (1,9 millones de espectadores) ve el torneo, por encima de la también impresionante media de 41% en el Reino Unido (24 millones de televidentes). La señal de la BBC se comparte en Gales con la también pública S4C, que emite en lengua galesa.
Como dijimos anteriormente, BBC realiza los partidos en casa de Gales y Escocia. Su estilo se caracteriza por encima de todo por la sobriedad y la claridad en la narración. Pese a superar holgadamente las 20 cámaras en sus producciones prefieren no hacer ostentación de ellas, limitando el número de repeticiones y los cambios de plano en el juego en vivo. El desarrollo del juego es mostrado mediante plano máster (general centrado) y plano corto abierto (también centrado), añadiendo en los agrupamientos de más duración un corto cerrado en el balón desde una posición cercana al corto abierto para no descolocar o en última instancia desde uno de los fondos si el balón está muy oculto en el ruck.
Si el juego transcurre por las alas, pinchan también en ocasiones las autónomas (operadas a hombro) o la steadycam, cámaras que también cubren las touches. Para la formación de las melés se usa a menudo la spidercam (la cámara que se desplaza sobre cables de manera cenital mediante un sistema remoto), que ayuda a ver con mayor claridad los movimientos en la misma; esta cámara es usada también en los parones de juego, en ocasiones acompañada de grafismos con estadísticas, y en las patadas de conversión y golpes de castigo, situándose detrás del pateador para obtener la mejor perspectiva.
Hacen un uso eficiente de la famosa ref cam (la mínicámara del árbitro) en melés, discusiones e incluso en repeticiones, así como de su micrófono, presente cuando es necesario pero sin molestar. La BBC es la que más y mejor muestra a los entrenadores (a quienes presenta al principio del partido) y al público, con abundancia de planos cortos reforzando los momentos más emocionantes del partido: véase el final del Escocia–Inglaterra, sin ir más lejos.
En cuanto a las repeticiones, se limita su número a lo estrictamente necesario, primando la acción en vivo. Salvo en el caso de los ensayos, es raro que muestren más de una repetición, acompañando la misma a veces de un gesto. En las jugadas destacadas y ensayos suelen enseñar el origen de la jugada en un plano abierto y la finalización en planos más cerrados, añadiendo detalles de las superslows (sobre todo para gestos y celebraciones) e incluyendo en algún caso el detalle de las minicámaras en los postes de la línea de marca (corner post cameras).
Se trata, en resumen, de establecer un relato fluido, de favorecer la comprensión del juego (incluso para los menos expertos, dada la audiencia más amplia del torneo) y de que la mano del realizador sea casi invisible para que el espectador se sienta lo más cercano posible a lo ocurrido en el estadio.
El manierismo francés
Frente a lo visto en la BBC, la realización deportiva francesa se sitúa en el extremo opuesto. Ya sea en canales privados y de pago (Canal +, BeIn Sports) o en televisiones públicas (France 2, como es el caso que nos ocupa), y con independencia del deporte del que se trate, nos encontramos casi sin excepción con una realización de autor. Piensen en cualquier partido del PSG, en Roland Garros o en el Tour de Francia (estos dos últimos, producidos también por France 2) y sabrán de lo que hablo: en casi cada plano y repetición hay una voluntad estética, un cierto deje manierista presente en cada operador de cámara, de repeticiones y, por supuesto, del realizador.
Con una dotación de cámaras muy similar a la BBC, se hace una exhibición de medios técnicos y de variedad de planos: los cortos de los jugadores son abundantes y muy cerrados (con primerísimos primeros planos e incluso planos detalle de ojos), las cámaras autónomas trabajan casi exclusivamente en contrapicado: esto es, por debajo de la línea que marca la mirada humana. Mientras en la BBC se operan a hombro, aquí se hace por debajo de la axila y, en muchas ocasiones, a ras de césped. Los planos generales se ofrecen con composiciones arriesgadas y movimientos complejos.
La espectacular puesta en escena comienza en la previa, con cámaras en vestuarios y minicámaras en el túnel, planos contrapicados de los jugadores en los himnos (la habilidad de sus operadores es tal que ni siquiera se nota la ausencia de steadycam, siendo los únicos que no la utilizan) y una primera playlist de detalles en super slow motion como declaración de intenciones. El desarrollo del juego se hace de un modo mucho más picado, es decir, con más cambios de plano y más arriesgados, lo que en ocasiones desubica al espectador (se pasa de un plano general a un plano detalle, variando mucho el tamaño de plano y el punto de vista).
Frente a los contrapicados de las cámaras autónomas de banda (en las patadas a palos se colocan detrás de éstos), usa los picados cenitales de la spidercam (solo en París; en Marsella, ya fuera por problemas técnicos-logísticos o por la falta de entidad del rival, no la montaron) o de una cámara palomera situada justo debajo del tejado del estadio, en una esquina, con la que cubre melés, patadas a touche e incluso algún saque de lateral.
Otra singularidad es el uso de una grúa en uno de los fondos, que ofrece planos distintos en las patadas a palos y repeticiones muy interesantes del juego a la mano.
Los planos de público son más escasos y abiertos, mientras que los entrenadores solo aparecen de manera muy esporádica (y eso que debutaba Jacques Brunel en este torneo). Su puesta en escena de los TMO es la más completa, con una triple ventana con las repeticiones en grande y los planos del árbitro y del juez de televisión (minicámara) en ventana pequeña.
Las repeticiones destacan por su cantidad y calidad. Casi siempre hay un mínimo de dos repeticiones, con abundancia de planos cerrados, detalles y gestos en súper lenta. Mientras otros aprovechan los parones para dar estadísticas y planos en directo, ellos añaden secuencias de reacciones y de detalles técnicos: un agarre en la melé, el vuelo del receptor en la touche, el impacto de un tackle, la lucha en el ruck…
La huella de autor se refleja también en las variaciones de velocidad dentro de las repeticiones (mediante movimiento de la palanca que controla la velocidad de reproducción), que acaba resultando algo agotador y desvirtúa a veces el valor de la jugada. Frente al predominante estilo británico, el francés muestra una forma casi opuesta de contar un partido de rugby. Se prima el componente estético en detrimento del narrativo (en el Francia-Italia quedaron un par de situaciones polémicas sin aclarar, por ejemplo). Una visión que no deja indiferente: o la amas o la odias.
ITV o la tercera vía
A medio camino entre la sobriedad de la BBC y el exceso de France 2, ITV ofrece en los partidos como local de Inglaterra un término medio, una tercera vía. Con el presupuesto más alto y la mayor dotación de cámaras, cercana a la treintena, dispone de todo tipo de juguetitos: spidercam, ref cam, minicámara ojo de pez en un fondo, line-out camera (una minicámara inalámbrica sobre un poste vertical, con operador, para situarse a la altura del punto más alto de la touche), corner post cameras…
Combina el desarrollo del juego en vivo de la BBC, más claro y fluido, con una concesión más francesa a la espectacularidad de las repeticiones, con abundancia de gestos y reacciones. Es la que más utiliza la ref cam, bien acompañada del micro del árbitro, mientras que la spidercam tiene una presencia más limitada (quizá debido a la lluvia que caía en Twickenham, solo tenemos un partido para juzgar).
Como punto negativo, el infortunio que tuvo en el ensayo de Anscombe que anuló el TMO, donde el operador siguió en corto a los jugadores que se fueron fuera del campo y no se apreció en directo la continuación de la jugada que fue objeto de polémica, omisión bien resuelta luego en las repeticiones.
La señal institucional
En Irlanda, la televisión pública RTÉ perdió los derechos frente a la privada TV3, propiedad de Virgin Media y fusionada recientemente con la versión irlandesa de ITV, para el periodo de 2018 a 2021. Ya sea por falta de capacidad logística, por conveniencia o por la creciente tendencia de las entidades organizadoras (véase UEFA, FIFA, FIBA, etc.) de controlar el producto en todas sus fases, desde este año Six Nations Rugby es la encargada de realizar los partidos como local de Irlanda, algo que ya venían haciendo estos últimos cinco años con los partidos en suelo italiano.
Frente a la importancia del torneo en las originales Cinco Naciones, en Italia su importancia es relativa (este año emite allí el torneo DMAX, en la línea de su propietaria Discovery Channel de entrar cada vez más en el deporte), algo que se reflejaba en la calidad de la producción y que motivó la entrada de Six Nations Rugby en la producción de la señal internacional o world feed. Su equipo técnico, formado por profesionales de las islas, realiza ambas señales, con un estilo eminentemente británico, sin grandes florituras estéticas ni dispendios técnicos (son los únicos que no usan spidercam, por lo que cubren las melés al estilo tradicional de cortos abiertos y cerrados), algo que resulta más acusado en Italia, donde la producción es algo más modesta (menos teleobjetivos, no hay ref cam).
En el desarrollo del juego arriesgan en ocasiones demasiado con los planos cortos, sobre todo en la zona de 22. Su mayor concesión estética se produce en las patadas a palos, con abundancia de trasfocos (cambio de foco entre dos términos en el mismo plano) de público a pateador y viceversa gracias a la cercanía del público en el Aviva Stadium (en el Olímpico no es factible), circunstancia que también propicia el considerable número de planos de público.
Las cámaras autónomas tienen bastante presencia, incluso para patadas a palos, situándose detrás del pateador para tener una mejor perspectiva. En cuanto a las repeticiones, son más numerosas que en la BBC, lo que en el caso de los ensayos a veces provoca que vuelvan pillados a la patada de conversión o a la reanudación del juego. En resumen, se trata de una realización correcta, pero poco memorable.
Con todos estos datos y dos jornadas por jugarse, les corresponde a ustedes elegir su favorito no solo en el campo, sino en la unidad móvil. Incluso, si se aburren, se pueden dedicar, como yo, a contar cámaras.