
Puede que la era Schmidt ya se terminase, pero Irlanda basó su triunfo ante Gales precisamente en el guion que regía con el ex entrenador neozelandés.
Ya hemos hablado en muchas ocasiones de la receta ganadora de Irlanda, que se basa en un juego de presión a través del juego con el pie, el breakdown, el avance en maul y las rupturas siempre cercanas al anterior punto de encuentro. La victoria contra el equipo de Wayne Pivac fue un ejemplo clásico de ese tipo de juego.
Hay pocos equipos con la capacidad de Irlanda para convertir en puntos sus entradas en la 22 contraria. Lógicamente la mejor forma de evitar que lo hagan es, claro, impedirle construir esa posición avanzada de juego en ataque… y ahí fue donde Gales fracasó en Dublín, debido sobre todo a un alto número de errores individuales.
El primer ensayo de Jordan Larmour vino tras un error defensivo en medio campo de George North, que habilitó a Sexton para ganar el espacio exterior y generar un 3 contra 1 con un redoble. Hemos hablado antes de la vulnerabilidad de George North cuando juega como centro y este fue otro ejemplo, porque la acción le pilló precisamente en el medio campo: ahí, no anticipó correctamente el movimiento de los irlandeses, intentó ir a por la pelota y permitió a Sexton ganarle la espalda.
Gales aún tendría dos oportunidades más en esa secuencia para alejar a los irlandeses de su zona de marca. Pero primero cometió un golpe por retenido tras haber robado la pelota; y después, aunque defendió bien el maul irlandés a la salida de la touch y forzó una melé, la patada defensiva de Biggar se quedó muy corta y volvió a conceder a Irlanda otro saque lateral a diez metros de la línea de marca. Finalmente, el equipo de Andy Farrell guardó la pelota y, tras algunas fases, provocó una mala decisión defensiva de Nick Tompkins que facilitó a Larmour terminar la jugada en ensayo.
Otro error en una touch propia, este de Tomos Williams como vemos en la imagen de arriba, permitió a Irlanda la melé de la que Furlong saldría para posar su ensayo. Y sería también en otro lanzamiento lateral galés errado donde el equipo de Andy Farrell recuperó el balón con el que construyó una secuencia harto conocida: golpe de castigo, pateo al lateral, maul a la salida del alineamiento y ensayo por empuje del tercera Van der Flier.
En el último ensayo irlandés, mal pase de Gareth Davies en la salida de una melé en su propia 22, balón adelantado, melé para Irlanda… y el resto del patrón habitual: cargas de la delantera y espacio que se abre fuera para la marca de Conway.
Rugby clínico, de máxima eficiencia. Clásica Irlanda.
El rugby de Irlanda sigue basándose en el plan de juego del periodo Joe Schmidt: rugby de presión a través del juego con el pie, la disputa en los puntos de encuentro y las rupturas cercanas de sus delanteros. El partido contra Gales fue una demostración de esos patrones
En las cuatro ocasiones, Gales tuvo la oportunidad de alejar el balón de su zona roja y mandar a Irlanda a jugar desde su propio campo. Fueron equivocaciones que el equipo de Pivac pagó caras. Pero, aun así, asomaron en el juego de los Dragones algunos destellos del cambio de estilo que anuncian los antecedentes del entrenador.
Cualquiera que viese jugar a Scarlets cuando los dirigía Wayne Pivac sabe de sobra que su estilo está en las antípodas del que fuera su predecesor en Gales, Warren Gatland. Gatland prefería equipos estructurados y previsibles; los equipos de Pivac se sienten más cómodos asumiendo riesgos y buscando un juego menos estructurado.
Contra Italia, en el primer partido de este 6 Naciones, esos riesgos dieron beneficios. Frente a Irlanda, sin embargo, los offloads y los pases forzados de los galeses a menudo acabaron en una pérdida o en manos de jugadores de Irlanda.
No hay nada de malo en buscar un pase tras el contacto cuando la oportunidad se dé, como vimos en el ensayo de Tomos Williams en la primera mitad de aquel partido. El verdadero desafío reside en inculcar en un grupo esa disposición a jugar con un pase de descarga en el contacto… pero al mismo tiempo asegurarse de que la toma de decisiones es la adecuada a la hora de utilizar ese recurso.
En ocasiones, como todos sabemos, es mejor absorber el contacto y guardar la pelota; por ejemplo, cuando tu equipo está retrocediendo y un offload a destiempo pone aún bajo mayor presión al jugador que recibe la pelota. O, como se vio en el ejemplo de la jugada de Hadleigh Parkes, cuando un error ofrece al contrario la oportunidad de golpear con un contraataque.
Gales muestra ahora una mayor tendencia a usar el ‘offload’ en su ataque, y le da más recorrido a la pelota para generar rupturas de fuera adentro… aunque todavía le falta mejorar la toma de decisiones
A lo largo de las dos jornadas del 6 Naciones que se han disputado hasta ahora hemos visto cómo la influencia de Pivac en su equipo ya se empieza a notar. Los offloads son un síntoma, pero no el único: las carreras de los terceras con la pelota en los canales abiertos es otra muestra de esa nueva intención.
Gales usa ahora a menudo a un receptor en el lado interior del medio de melé, con la intención de fijar a la defensa cerca del agrupamiento. Y también su línea defensiva se ha hecho ahora más estrecha. Más adelante podremos analizar, con el paso de los partidos, este tipo de de tácticas.
Mientras, nos fijaremos en un aspecto que ya ha comenzado a dar sus frutos al equipo de Pivac: las rupturas con la pelota de fuera adentro en el lado abierto.
Cuando Gatland dirigía al equipo, la tendencia de Gales era la de generar rupturas en línea recta, por lo general más bien cerca del anterior punto de contacto. Ahora, en contraste, con Pivac es frecuente ver un pase más largo a un delantero (o también a un tres cuartos) que corre para recibir en un ángulo de fuera adentro.Hadleigh Parkes lo hizo en la ocasión que vemos en la imagen de arriba, aunque perdió la pelota en el contacto. Pero también hemos podido observar ese patrón entre fase y fase de juego, en zonas del campo más alejadas de la 22 irlandesa.
También Dillon Lewis apareció alguna vez rompiendo con esa clase de carrera. Es un comportamiento en el que Gales da la sensación de sentirse cómodo. Lo más beneficioso para un ataque de este tipo es que el jugador que contacta a menudo concentra a varios defensores en el placaje, lo que provoca que sus compañeros más alejados tiendan a retrasar su posición y adoptar una posición defensiva más profunda, abriendo así huecos en la línea. Son esos intervalos, y la defensa más pasiva, los que deben atacar los jugadores de apoyo.
Frente a Francia y conforme avance el torneo se verá si los fallos de Gales en Dublín se debieron a un mal día, a un exceso de riesgo en las decisiones o a la habitual presión defensiva de Irlanda
Otra consecuencia es que, cuando ocurre este tipo de acción, los defensores tienden a mirar siempre hacia el lado del que viene la jugada, a la pelota, descuidando así la vigilancia de lo que suceda al otro costado e incapaces de detectar carreras anguladas fuera de su campo de visión.
Es, en definitiva, un interesante movimiento ofensivo que, seguramente, veremos repetirse a lo largo del torneo.
Hechas estas consideraciones, aún es pronto para juzgar el desempeño de Wayne Pivac al frente de Gales. Ya se sabe que Shaun Edwards es un gran entrenador de defensa pero, en su partido contra el bloque de Franco Smith, Francia no logró lo que sí hizo Gales en el primer encuentro: dejar a Italia a cero.
Cuando Gatland y Edwards dirigían a Gales, el equipo también sufrió frente al rugby de presión de los irlandeses, sobre todo en Dublín. Hace dos años ya analizamos sus dificultades para frenar ese estilo del equipo que entonces dirigía Joe Schdmidt.
En las dos jornadas que se han jugado ya podemos entrever algunos aspectos del juego de ataque de Gales que están evolucionando. Frente a Irlanda, sin embargo, fueron los errores individuales, más que el sistema de juego de Pivac en sí mismo, lo que permitió al bloque que ahora entrena Andy Farrell dominar el choque.
La cuestión que podremos dirimir a partir del encuentro frente a Francia es si esos errores se debieron al nuevo estilo de juego que intenta implantar Pivac, y que aún sufre los lógicos desajustes; a la presión de Irlanda; o sólo a que, en Dublín, unos cuantos jugadores no tuvieron su día. Gales acaba de arrancar un nuevo camino… y las respuestas todavía deben llegar conforme el 6 Naciones progrese.
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