Este sábado se juega la última jornada de un 6 Naciones (que acabará en realidad el viernes próximo, con el partido aplazado entre Francia y Escocia) cuyo recuerdo más perdurable será el vacío de los estadios. Y sin embargo, Gales llega a París pendiente aún de librar una batalla de proporciones históricas. Juega para ganar su sexto título del torneo desde que se convirtió en 6 Naciones. Inglaterra lo ha ganado siete veces en este formato. Pero nadie ha logrado más Grand Slams que Gales: si vence en París, será su quinto pleno de triunfos desde la incorporación de Italia en el año 2000. Inglaterra e Irlanda tienen tres. Sin embargo, hay en juego otro premio aún mayor: igualar los 13 Grand Slams de la Rosa a lo largo del casi siglo y medio de historia del Championship.

En el imaginario galés, un hito de esa clase comporta un significado incalculable. Del recorrido del equipo de Pivac por el torneo ya hemos hablado de forma suficiente. El decisivo encuentro en el Stade de France expone una inadvertida paradoja: se apunta a la defensa de Gales como un factor notable de su rugby actual… y es cierto que hablamos de un equipo prosaico y esforzado; pero, sobre todo, en este 6 Naciones se ha comportado con un alto nivel de eficacia en ataque. Nadie ha anotado más puntos en total (134) ni más ensayos que Gales (17); y también su media de puntos por partido (33.5) y de ensayos (4.3) es la más alta de todos los participantes. Todo coronado en el aspecto individual por el ala Louis Rees-Zammit, el jugador que más marcas (4) ha firmado hasta ahora (igualado con el inglés Anthony Watson).

Si hablamos de defensa, es verdad que la tabla de estadísticas de placajes está ampliamente teñida del rojo del Dragón. Nadie ha sido más eficaz en el tackle que la tropa de élite galesa: Justin Tipuric (74), Taulupe Faletau (60), Josh Navidi (60) y Alun Wyn Jones (58) son cuatro de los cinco jugadores que más placajes exitosos han hecho en el torneo. El quinto es el italiano Luca Bigi (54); y algo más abajo vuelve a aparecer otro galés entre los mejores: el primera línea Ken Owens, autor de 47 tackles.

AW Jones saluda a Navidi tras el choque contra Italia.

De modo que nadie ha cruzado más el cuerpo en este 6 Naciones que los galeses. Las cifras se revelan escandalosas en cuanto a la diferencia con el resto de equipos: Gales ha hecho 725 placajes, casi 200 más de los que ha sumado Italia (528), el segundo conjunto que más placa. Además, el bloque de Wayne Pivac es también el líder en número de placajes dominantes (31); y el que más veces ha recuperado la pelota a través de ese tipo de acciones defensivas (14).

La imposición física en los encuentros ha resultado ser una de las subtramas más relevantes en su trayectoria en este torneo. Gales se comporta desde luego como un equipo aguerrido y algo más que resistente en el cuerpo a cuerpo. Un grupo duro de pelar… y de ganar. Ahora bien: ¿Es el mejor equipo defensivo? Si se examinan los números, la contestación aparece rotunda: no. ¿Y cuál es el mejor equipo defensivo del torneo? Precisamente el que este sábado estará enfrente: Francia.

Es obvio que el equipo de Fabien Galthié solo ha jugado tres partidos, debido a la suspensión de su choque con Escocia por el contagio de buena parte de su plantilla y cuerpo técnico. Pero, si consideramos el número de ensayos y de puntos que los bleus han concedido de media, las cifras parecen reveladoras: 15.3 puntos y sólo 1.3 ensayos encajados por partido tienen los franceses. Gales recibe 17.8 puntos (tercer equipo del campeonato en este ránking) y 1.75 ensayos (el segundo mejor). Al fondo, como en los planos de los partidos, siempre aparece un nombre: Shaun Edwards. Antes entrenador de defensa de Gales, en los días de Gatland. Ahora lo es de Francia.

Gales es un equipo duro de pelar. Nadie ha cruzado más el cuerpo en este torneo que los muchachos de Pivac: Tipuric, Faletau, Navidi y Alun Wyn Jones son los jugadores con más placajes en un equipo que lidera este apartado con 725 ‘tackles’, casi 200 más que el segundo en la lista

El estilo del bloque de Galthié, pese a todo, parece reflejado en su gusto por el pase en descarga (líderes en este apartado con 27 offloads) y por el impacto de Antoine Dupont en ese tipo de acciones de ruptura: el medio de melé francés es el que más veces ha descargado tras contacto (5) y también el que más pases de ensayo ha dado (4). Curiosamente, Gales es el único equipo que ha anotado este año un ensayo a partir de un maul, y el que más ha avanzado en ese tipo de formación: 144 metros, lejos de todos los demás rivales en este apartado.

Si descomponemos el uso que ambos contendientes le dan a la pelota, encontramos que Francia tiende a romper más (41% de sus posesiones son carries, por el 36,8% de los galeses), y que Gales acumula más pases a la hora de atacar (44,9% de Francia por el 52% de los Dragones). Es en el juego al pie donde de nuevo aparece una de las fortalezas del conjunto de Pivac, que ha hecho un uso muy eficiente de sus patadas. Aunque Francia patea con mayor frecuencia (14,1% frente al 11,2% galés), el número de metros ganados a través de esas kicks es muy superior en el caso de Gales: hasta 3.627 metros ha avanzado metiendo la bota, contra los 3.393 de Francia. Ningún otro rival le ha sacado tanto rendimiento a su juego al pie: Inglaterra (3.441) e Irlanda (3.348), equipos con un carácter muy táctico a la hora de usar a sus pateadores, han quedado por detrás en esos términos.

Alldritt, el número 8 de Francia, en la derrota frente a Inglaterra.

Pero si ha habido un factor relevante en el camino de Gales hasta la orilla de este Grand Slam ha sido la disciplina. La propia y, por qué no, también la ajena: las rojas a O’Mahony y Zander Fagerson marcaron en buena medida sus victorias contra Irlanda y Escocia. En el choque frente a Inglaterra supieron capitalizar la contumacia del equipo de Eddie Jones en la comisión de golpes de castigo. A la inversa, Gales presenta un expediente revelador: es el único equipo que no ha visto una sola tarjeta amarilla en este 6 Naciones. Y esa tendencia no se circunscribe al actual torneo, ya viene siendo tendencia hace algún tiempo: lleva 15 partidos del 6N sin sufrir un sin bin.

Esta vez va a tener enfrente a un equipo aún más disciplinado, al menos en lo que respecta a las infracciones del juego. Si Gales comete algo más de 10 penales por encuentro, Francia es el equipo que menos golpes de castigo ha concedido: 8.7 por partido, la media más baja de los seis contendientes. Una estadística relevante, como aprendió Inglaterra, cuando tienes enfrente a un bloque posibilista como Gales, con Dan Biggar y Callum Sheedy cobrando las equivocaciones ajenas.

La disciplina ha resultado un factor principal en el recorrido de Gales por el torneo. No sólo por el beneficio de las tarjetas rojas ajenas, también por la contención propia: los Dragones acumulan ya 15 partidos del 6 Naciones sin ver siquiera una amarilla

En el territorio de las hipótesis -¿quién ganará?- los antecedentes apuestan al rojo: en sus últimos 11 encuentros, Gales ha ganado nueve veces a Francia. Y, de esas, se ha impuesto también en tres de sus últimas cuatro visitas a París. El triunfo más reciente en el feudo de Saint-Dennis tuvo además una sonoridad añadida: Gales perdía al descanso por 16 puntos y acabó ganando el choque por 19-24, la mayor remontada de la historia reciente del torneo en una segunda mitad. La resiliencia, que se dice ahora, también es una costumbre adquirida.

En definitiva, que el impensado Grand Slam de Gales se ha convertido en el argumento central y único de la jornada final de este 6 Naciones 2021. De regreso de su confinamiento vírico, a Francia el partido se le pudo hacer largo y extravió en Londres la posibilidad de aspirar al mismo premio que los galeses. Aún le queda la posibilidad de ganar el torneo. Pero aun con la victoria en Londres, no habría habido lugar para uno de esos supersábados que tanto les gustan a los comerciales del torneo, porque el aplazamiento del choque contra Escocia obligaba a un desenlace en diferido. Y sobre todo, porque sin gente y con los equipos más bien igualados por abajo, el torneo está para lo que está.

Escocia juega con Italia: a la hora de la siesta, cosa bien conveniente. Y la batalla posterior entre Irlanda e Inglaterra cruzará a dos equipos atardecidos: el interés de ese choque lo sostendrán apenas el orgullo profesional o histórico, la filiación de quienes miren y la necesidad de corregir el rumbo de ambos entrenadores. Pero en el fondo hablamos más de estímulos construidos y de consumo interno. El foco está en París y sobre Gales. Un equipo que nunca pareció destinado al centro del escenario y que, sin embargo, se apresta a pelear su quinto Grand Slam de los últimos 20 años y el 13º de toda su historia. Los de Inglaterra. Eso, en las tierras del otro lado del Severn, daría para una fiesta mayor. Cada uno en su casa, claro.